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Hoy es domingo, 24 de noviembre de 2024

El sueño de Nagano: ‘‘que todo mundo tenga acceso a la música clásica’’

• En estos tiempos difíciles la música clásica tiene enorme poder para enriquecernos, sostiene Kent Nagano

El sueño de Nagano: ‘‘que todo mundo tenga acceso a la música clásica’’

Ciudad de México. La música clásica es evolución, revolución y nuevas ideas, define el director estadunidense Kent Nagano, quien se presentará con la Orquesta Sinfónica de Montreal (OSM) en el Festival Internacional Cervantino y el Palacio de Bellas Artes.

‘‘Muchas veces el problema no es entre la música clásica y el público, sino en cómo las instituciones presentan la música clásica”, añade el director, uno de los más reconocidos actualmente, en entrevista vía telefónica desde Brasil, donde se presentó a principios de octubre.

Todos estos conciertos forman parte de la gira de despedida de Nagano como director artístico de la Sinfónica de Montreal, orquesta a la que llegó hace 16 años y en la que en poco tiempo logró acercar a la comunidad, atrayendo cada vez a más jóvenes a los conciertos.

Autor de un libro sobre qué es la música de concierto

Nagano es autor, además, del libro Erwarten Sie Wunder! (que puede traducirse como Espera lo inesperado!) publicado en 2014 y traducido al inglés apenas este año con el título Classical music: expect the unexpected, en el que habla no sólo de cómo fue su acercamiento a este género, su vida en una zona rural de California y el camino que ha recorrido desde entonces, sino cuál es su filosofía y sobre todo qué es la música clásica.

Escribe en el prólogo que la música clásica ‘‘es una aventura en la que nos embarcamos una vez que estamos dispuestos a participar. La música clásica nos transporta a otro mundo. Allí despliega su tremendo poder. Y debido a este poder puede enriquecernos inmensamente, especialmente hoy en estos tiempos difíciles y acelerados”.

Para él, este género es un universo que se expande tan pronto como uno entra en él, y su libro no sólo es acerca de la música clásica, sino acerca de nosotros mismos y por qué no debemos permitir que pierda su relevancia social en este mundo híper tecnologizado y construido principalmente de forma visual.

‘‘En el presente, la música clásica es la representación de la humanidad como un proceso que se ha realizado continuamente y sigue moviéndose hacia adelante, y como no la determinan las modas adquiere mucha relevancia.

‘‘Creo que el futuro es particularmente emocionante, porque siento que vienen muchos jóvenes talentos, tanto en el mundo de la composición como en el de la interpretación. Hay maravillosos jóvenes muy talentosos, y con el impulso de esos jóvenes compositores e intérpretes, veo el futuro de la música clásica de forma muy optimista.”

Y esto se aplica también para el público: ‘‘siempre existirá público para la música clásica. El proble-ma no está en la música clásica, si-no en cómo se presenta; por ejemplo, en Montreal tenemos los conciertos completamente vendidos, en Munich y Berlín siempre estaban vendidos por completo, no hay problema entre la música clásica y el público siempre y cuando se presente de la manera correcta.

‘‘Si hay un problema, usualmente está en cómo las instituciones la presentan o en el a veces generalizado sentimiento de que la música clásica representa el statu quo, pero la música clásica significa eso: evolución, revolución, nuevas ideas. En mi perspectiva y experiencia personal si la música clásica se presenta como es el público la abraza por completo.”

La batalla no la da por perdida y recuerda que cuando comenzó su trabajo en la Sinfónica de Montreal ‘‘el público ya estaba envejeciendo, y se vendía 40 por ciento de la sala. Cambiamos la forma de presentar la música clásica y el público cambió de inmediato. La gente no viene no porque el problema sean Mozart, Bach o Beethoven, sino la forma en la que acercamos y comunicamos la música clásica al público.

‘‘Hay tres principios para presentar la música clásica: el primero es la calidad, siempre la mejor calidad posible, no reproducir el statu quo en los programas y que no se sienta como obligación. Cuando era joven odiaba el compromiso y a los jóvenes no les gusta sentirse comprometidos, no les agrada el statu quo; ellos buscan esperanza en este mundo y todo el mundo busca la mejor calidad posible. Eso es parte de la naturaleza humana, y si la música clásica se presenta de esta manera entonces la batalla no está perdida por completo.

Si los jóvenes escuchan a Mozart lo amarán

El primer capítulo del libro Expect the unexpected se inicia con la frase: Tengo un sueño, y a continua-ción relata el nacimiento de ese sueño, en la costa oeste de Esta-dos Unidos, en la zona que va de Los Ángeles a San Francisco.

–¿Cuál es hoy ese sueño?

–Mi sueño es tratar de llevar la música clásica a todos, incluso en esta revolución industrial, de los medios de comunicación, la Internet. Todas las generaciones han absorbido este sistema y muchos jóvenes tienen poco o nulo contacto con la música clásica. Esto es una tragedia porque la música popular está hecha para modas y para ser remplazada por algo más, mientras la clásica está hecha para acompañarnos toda la vida, en los buenos y malos momentos, todo el tiempo. Y si se toca un instrumento o música clásica eso te abre un mundo de comunicación mucho más poderoso que lo que se puede encontrar en los medios, en los teléfonos, en Internet e incluso en los libros.

‘‘Para mí es una tragedia que muchos jóvenes no tengan acceso a la música clásica. Si le preguntas a un joven si le gusta la música clásica muchos no te responderán nada, porque no tienen idea de quién o qué es Mozart. En mi experiencia, si tienen la oportunidad de escuchar a Mozart lo amarán.

‘‘Ese es mi sueño: asegurarme de que todo el mundo pueda apreciar y tener acceso a la música clásica.”

Kent Nagano y la Orquesta Sinfónica de Montreal se presentarán el 11 de octubre a las 20 horas en la Alhóndiga de Granaditas en la edición 47 del Festival Internacional Cervantino.

El 12 de octubre a las 19 horas estarán en el Palacio de Bellas Artes y el 13 de octubre a las 18 horas en la sala Plácido Domingo del Conjunto Santander de Artes Escénicas.