• Rigoberto Arce espera que el Plan Hídrico Integral Los Cabos 2019-2050 considere éste y otros problemas mayúsculos
San José del Cabo, Baja California Sur.- En el marco de la presentación del Plan Hídrico Integral 2019-2050, Rigoberto Arce Martínez, tesorero de Los Cabos, mostró que el municipio presenta un desarrollo imposible de parar y, a la par, una creciente escasez de agua, por lo que es de suma relevancia, dijo, que este plan tome en consideración tales hechos y se analicen a profundidad.
"Tenemos un crecimiento extraordinario en Cabo del Este y en La Ribera, y no tenemos la capacidad de explotar porque ya no tenemos permitido extraer el agua de la cuenca de Santiago: tenemos una problemática de gran tamaño. Si a eso le sumamos, en el aspecto de planeación, que todavía no sale a consulta el PDU para su tercera actualización, y por otro lado que no podemos frenar el crecimiento económico, no podemos limitar que Los Cabos siga bajo esta dinámica de manera unilateral, porque no tenemos agua: nos encontramos en un problema mayúsculo, económico, social y, por supuesto, al interior. El esfuerzo municipal es de poder dotar de agua a toda la población y sector empresarial", señaló el tesorero.
Arce Martínez enfatizó que el crecimiento desmesurado en lo inmobiliario origina el crecimiento en la parte social. "Para que se den una idea”, comentó, “el Ayuntamiento, en el 2019, proyectó movimientos inmobiliarios por 23 mil millones de pesos, lo cual significa que tenemos una dinámica increíble, pero lo más increíble es que al día de hoy rebasamos la media del año, lo cual significa que tendremos ya no 23 sino 24 mil millones de pesos que nos van a otorgar un ingreso por ISABI – Impuesto sobre Adquisición de Bienes Inmuebles– de 500 millones de pesos. Pero eso no nos soluciona tener una recaudación importante, sino lo que sucederá después. Es por todo lo anterior que la partida del plan hídrico debe ser el análisis profundo de la problemática general que tiene el municipio".
Considerando lo anterior, el tesorero de Los Cabos expuso que la gran cantidad de agua que proviene de la cuenca de San José del Cabo (SJC) y se trasladarla a Cabo San Lucas (CSL), a lo largo de 30 kilómetros, provoca que la producción no llegue completa y, finalmente, en la distribución tiene una deficiencia similar a la que produce la propia planta desalinizadora existente, ya que está construida para 200 litros por segundo y hay un estimado de pérdida de flujo de 250 litros por segundo. "Entonces, si la nueva se va a construir para 250 litros, sólo será tapar un hueco de lo que se está generando", subrayó el funcionario.
Para concluir, en el aspecto de presas Rigoberto Arce dijo que en la actualidad se podría tener mayor volumen de agua, sin embargo, sólo se explota y potabiliza la presa San Lázaro, pues no se tiene concesión de La Palma, lo que, advirtió, podría solventar la parte de la ciudad lineal y ese flujo se iría a CSL.