• Anoche se dio un paso más en el caso de la sucesión de bienes de la finada Marie-José Tramini, heredera del poeta
CIUDAD DE MÉXICO.
Francisco Antonio Santamaría
Damián, director ejecutivo jurídico y normativo del Sistema para el Desarrollo
Integral de la Familia (DIF), protestó ayer como albacea de la sucesión de los
bienes de Marie-José Tramini, viuda del escritor Octavio Paz, ante el Juzgado
19 en Materia Familiar del Tribunal Superior de Justicia local.
Así lo informaron las secretarias de Cultura
federal y local a través de un comunicado, en el que aseguraron que con el
nombramiento del albacea, “se dará continuidad a las acciones necesarias que
permitan efectuar el inventario de bienes, así como el aseguramiento y
protección de los mismos, considerando la relevancia histórica y cultural que
tiene Octavio Paz para el pueblo de México”.
Y tanto la SC federal como la local y el DIF
detallaron que “seguirán colaborando de manera conjunta con el objetivo de
conservar, preservar y clasificar la masa hereditaria, considerando en todo
momento la no dispersión de los bienes que son del pueblo mexicano”, luego de
que el pasado lunes el Juzgado 19 de lo Familiar anunciara como “heredero único
y universal” al DIF de la Ciudad de México, a 14 meses de la muerte de
Marie-José Tramini, depositaria del legado del Nobel de literatura.
Ayer Excélsior tuvo acceso a una parte del
testamento de Octavio Paz, en donde corroboró que efectivamente el poeta
estableció que sus cartas, correspondencia y documentos fueran depositados en
El Colegio Nacional para luego hacerse públicos a partir del 20 de abril de
2021, lo que implica que dicha institución, que depende de la Secretaría de
Educación Pública (SEP), podría resguardarlos, aunque eso no garantizaría que
se convierta en propietaria automática de los mismo.
El documento establece lo siguiente:
“Asimismo el testador establece de manera expresa, que en caso de que la señora
Marie José Tramini Poli de Paz, su heredera universal y albacea general,
falleciera sin haber dictado disposición sobre este particular, todos los
papeles, cartas, documentos y correspondencia privada del testador serán
depositados en el Colegio Nacional de la Ciudad de México, Distrito Federal, en
la inteligencia de que no podrán ser publicados sino hasta que transcurran 25
años a partir de la fecha de fallecimiento del testador”.
Aunado a esto, se observa que al final de la
página se hay algunos añadidos y comentarios realizados a mano, justo encima de
la firma del Nobel de Literatura 1990, que pudieran ser o no escritos por el
poeta, y que hasta hoy se desconoce si fueron realizados por él mismo, avalados
en presencia de algún notario o si la autoridad realizó algún tipo de estudio
grafológico al respecto.
Cabe recordar que Octavio Paz se convirtió en
miembro de ECN el 1 de agosto de 1967, cuando dio lectura a su discurso de
ingreso, bajo el título “La nueva analogía”, que fue respondido por Antonio
Castro Leal.
Excélsior consultó a Arturo Saucedo, experto en
política cultural, sobre los puntos que el gobierno federal y local deberían
considerar antes de realizar el depósito en El Colegio Nacional.
Expresó que antes de que se realice dicho
depósito, “lo más importante es que la federación tome posesión, dominio y
propiedad de toda la masa testamentaria en favor de la nación y que se realice
algún contrato, convenio o comodato con ECN, la fundación o la institución que
sea creada”, en el que se establezcan claramente las condiciones del depósito.
“Lo importante es que la Federación sea la
que tutele y realice esos contratos, convenios y comodatos”. La intención,
añadió, es que en caso de que se disuelva o desaparezca la instancia que reciba
el archivo de Paz, este legado regrese a la Federación para su custodia, lo
cual está previsto en la Ley General de Bienes Nacionales, en la ley que creó a
la Secretaría de Cultura federal y la Ley Orgánica del INBA, que reserva a la
federación el patrimonio cultural y material de interés nacional.
Reconoció que ECN es una institución de
investigadores y notables humanistas y científicos que han hecho grandes
aportaciones a México. “Pero su estatuto de creación es muy específico, depende
de la SEP y, por tanto, no puede desarrollar facultades y atribuciones que
tiene la Secretaría de Cultura federal”.
Por lo anterior, la difusión del legado, la
modificación de las instalaciones, su presupuesto y contratación de personal…
es limitado y depende de las decisiones de la SEP. No hacerlo, añadió, “implica
dejar el patrimonio a la deriva, independientemente de la amistad u otros
elementos. Así que debe haber un documento con valor jurídico, dentro del marco
legislativo vigente para que quien reciba un solo papel de este legado de
interés nacional responda por él en cualquier momento”, concluyó.