• El español consigue su cuarto trofeo en este torneo
Casi cinco horas de
jadeos y sufrimiento, de puntos al límite y fallos por cansancio, para que Rafael
Nadal ganara su cuarto Abierto de Estados Unidos, el Grand Slam número
19 de su carrera. Una final que estuvo a punto de ser una de las más largas en
la historia de este torneo, con una exhibición épica, la palabra no es
grandilocuencia: el español venció en cinco sets al ruso Daniil Medvedev por
parciales 7-5, 6-3, 5-7, 4-6 y 6-4.
La victoria coloca a Nadal en números aproximados de
su otrora gran rival, Roger Federer, y lo deja a un triunfo para empatar los
20 Grand
Slam que suma el suizo (también con un US Open más
que el español), el hombre que más campeonatos acumula en las grandes citas.
Con este torneo también empató los cuatro que ostenta John McEnroe.
El duelo parecía que sería sentenciado sin
dificultades por Nadal. Pero en el tercer set Medvedev le cambió el semblante
al partido, que terminó no sólo en una competencia de tenis, sino también de
resistencia. Si los jadeos eran de fuerza en los primeros capítulos, en los
últimos eran de dolor, casi lamentos del esfuerzo que exigió la batalla.
Nadal entonces tuvo que soportar un tremendo intento
de remontada de Medvedev. Tras ganar los primeros dos parciales y con la
ventaja de un quiebre, con 3-2 en el tercero, el ruso montó una espectacular
reacción, modificando su estilo y sorprendiendo al multicampeón.
Medvedev logró dos rompimientos en el último juego
de cada uno de los siguientes dos sets para obligar a un quinto. Sin embargo,
se quedó corto en su intento por ser el primer hombre desde 1949 en ganar una
final del US
Open tras perder las primeras dos mangas.
Nadal le rompió el servicio para tomar una ventaja
de 3-2 en el quinto set y lo logró de nuevo, con lo que se puso arriba 5-2.
Pero no pudo llevarse el campeonato con su saque, al incurrir en una doble
falta en break
point.
Luego, desaprovechó dos puntos para campeonato, en
5-3. Y en 5-4, Nadal se salvó de un punto para rompimiento. Acto seguido,
convirtió su tercer punto para partido y se llevó su cuarto trofeo en Flushing
Meadows.
El golpe decisivo dejó desmadejado a Nadal, con
lágrimas y con la cara al cielo después de una batalla que por momentos parecía
que perdería.
Medvedev estaba feliz a la hora de la premiación y
se mostraba sorprendido de estar a punto de llegar al título en su primera
final.
Nadal hizo un trabajo asombroso, dijo el ruso
sonriente; “es divertido jugar con él. Estoy impresionado por el espectáculo;
veo sus números en la pantalla y me sorprendo. ¿Qué habría mostrado yo si
hubiera ganado?
Nunca pensé que en mi primera final estaría a punto
de remontar. Pensé que todo terminaría en el tercer set y no que estaría
contando sobre cómo hice para llegar al quinto set, señaló.
Nadal se veía apenas repuesto tras refrescarse.
Parecía conmovido y a punto de romper en llanto de la emoción.
Es asombrosa la manera en que encaró el partido,
reconoció Nadal; esta es una noche de las más emotivas en mi carrera, fue
un juego increíble.