• El escritor canadiense charló con Excélsior acerca de Luz de guerra, título que presentó en Querétaro
QUERÉTARO.
La novela es una revelación de ti
mismo, “es un gran género literario, maravilloso, amplio y a la vez profundo,
que te permite descubrir, inventar, crear, investigar, pero también conservar
un lado íntimo”, afirma el escritor canadiense Michael Ondaatje (1943).
El autor de El paciente inglés —que
le otorgó el reconocimiento internacional, el Premio Booker en 1992 y el Booker
de Oro en 2018, a la mejor novela de los 50 años del galardón— reflexiona, en
entrevista con Excélsior,
sobre el género de largo aliento que ha explorado por séptima ocasión con Luz de guerra, que acaba de publicar en español el
sello Alfaguara.
“Siempre que empiezo una novela no sé qué
forma adquirirá ni a dónde me llevará ni qué estilo tendrá. Pero ésa es la
oportunidad que nos da este género de indagarlo todo. En cada libro intento
tener una voz distinta. Por eso tomo un descanso entre título y título”,
explica.
El también poeta, quien participó
la noche del viernes en la cuarta edición del Hay Festival Querétaro que hoy
termina, regresa 26 años después, a través de Luz de guerra, a
los escenarios y a la época de la Segunda Guerra Mundial, en los que se
desarrolló El paciente inglés,
cuya adaptación al cine en 1996 ganó nueve premios Oscar, incluido el de mejor
película.
“El paciente inglés es una historia de guerra que ocurre durante
el conflicto armado. Y Luz de guerra es una historia doméstica que toma
lugar en ese tiempo, pero que es tan relevante hoy como entonces. La primera
ofrece un conjunto de voces y en la segunda sólo se escucha una, la de
Nathaniel, que es más directa y por eso la historia avanza más rápido”, agrega.
“En 1945 nuestros padres se fueron y nos
dejaron al cuidado de dos hombres que quizá fuesen delincuentes”. Así comienza
la nueva novela de Ondaatje, cuyo protagonista relata su infancia y
adolescencia tras la sospechosa partida de sus padres a Singapur, lo que le
despierta un sentimiento de abandono que marca su vida.
“Recreo la memoria desde la ficción. En
varios de mis libros, mis personajes centrales tienen bloqueada alguna parte de
su memoria. Es una especie de descubrimiento del pasado, de ver cuánta gente
influyó en tu vida. El método para trabajar hacia el pasado está un poco
escondido. Es como hacer una gran arqueología, como desenterrar un cuerpo para
encontrarnos que tiene una bala en la cabeza y que fue asesinado”, explica.
Quien nació en Sri Lanka descarta
que Luz de guerra busque desmitificar la figura de la
madre, a partir del personaje femenino que deja solos en un país a sus dos
hijos, Nathaniel y Raquel.
“La madre de esta historia no es exactamente
un agente secreto, sino un agente muy activo. Leí mucho sobre el rol de las
mujeres en la Segunda Guerra Mundial y ahí me inspiré para crear al personaje.
Pero el niño se siente abandonado. Por más que sepa sobre ella, nunca dejará de
tener esa sensación”, destaca.
El autor de las novelas En una piel de león (1987)
y El viaje de Mina (2012) señala que un aspecto
interesante de su nueva entrega es que descubre que “siempre hay una familia en
la que se nace, pero también hay otra que se dedica a arruinar tu vida. Quise
saber qué pasa cuando en una historia sacas a los padres, creo que es cuando
empieza la aventura”.
Aclara que la traición de los padres no es
tema del libro, que lo que siente el hijo es sólo un efecto dramático. “No es
la primera vez que mis personajes saltan de la adolescencia a la adultez. No me
es difícil esta construcción; al contrario, es muy emocionante”.
El autor de Las obras completas de Billy the Kid (1970), una combinación de poesía,
prosa e imágenes, señala que él ve esperanza en su protagonista. “Parece que
todo va mal todo el tiempo. El personaje está abandonado, pero no solo, tiene
gente en la que puede confiar. Es como si volvieran esos sentimientos de
compañerismo que creíamos eliminados”.
Considera que “encontrar una segunda familia
es algo más común de lo que creemos y eso te da una nueva oportunidad de
convertirte en lo que quieras, en un escritor o en un científico. Y puedes
descubrir quién eres en realidad y encontrar la voz que te definirá”.
Quien a sus 76 años ya ha
escrito sus memorias, Cosas de familia (1998), aclara que Luz de guerra no
es autobiográfica, aunque admite que él también ha llevado una vida nómada.
“Dejé Sri Lanka a los 11 años, para ir a Inglaterra a vivir con mi madre y mi
hermana; y, aunque estaba con mi familia, me preguntaba quiénes eran ellas y
qué era ese país. Y lo mismo me pasó a los 19 años, cuando viajé a Canadá. Es
una vida nómada en la que vas creando familias. Te genera una necesidad de
búsqueda constante”, confiesa.
Tras recorrer Europa durante varios años y haber
vivido algunos conflictos bélicos, Ondaatje está convencido de que este
continente vive hoy en día, con la amenaza de la salida de Inglaterra de la
Unión Europea, una especie de guerra no física o de armas, pero sí ideológica,
sicológica. “Es una guerra idiota. Los ingleses están completamente locos. Un
idiota dirige el país. Es absurdo. Es una farsa, una comedia ridícula”.
Después de dar vida a Luz de guerra, que también fue finalista del Premio
Booker en 2018, el narrador se siente vacío de ideas para una nueva propuesta
literaria y dice que esperará pensando en temas como fronteras y migración.