La Paz, Baja California Sur.- La diputada federal por el Partido del Trabajo (PT) Ana Ruth García Grande aseguró que ahora que se tiene mejoras constitucionales a favor de la paridad de género, es momento de que las mujeres deben pelear por los espacios de poder y las próximas candidaturas.

"Se ha llegado un punto donde la participación política de las mujeres en el ejercicio de gobierno ya tendrá "piso parejo" entre hombres y mujeres, no solo por las candidaturas que los partidos políticos postulen, sino también en los cargos de poder como secretarías estatales y federales, integración de la Suprema Corte de Justicia y cargos municipales", comentó la funcionaria a Diario El Independiente.

La diputada dijo celebrar junto a las casi 250 diputadas que integran la diputación federal, lo que finalmente se consagró el 6 de junio cuando quedó publicado en el Diario Oficial el decreto donde se integran las reformas a diversos artículos de la Constitución en el tema de paridad de género, un momento histórico para México, agregó.

Explicó que con estas mejoras no queda duda que las mujeres deben participar no solo en la construcción de nuestra normas, sino también en el ejercicio de gobierno y la resolución de temas comunes que importan como sociedad, por ello y ante estas nuevas posibilidades constitucionales, la cámara nacional verificará que las nuevas reformas de paridad bajen a los estado, por lo que aseguró que estará atenta para que se cumpla a nivel local.

"Estas mejoras están signadas por movimientos anónimos de mujeres que a través del tiempo trabajaron con esta lucha y que ahora ha alcanzado nuevas posibilidades, lo celebro porque muchas mujeres han venido empujando esta lucha social y con estas reformas las mujeres ya pueden tender la mano y participar activamente", informó García Grande a este matutino.

Agregó que a quien le compete la tarea de darle seguimiento a estas normas es a las propias mujeres desde los espacios que ocupen, porque debe evitarse una simulación o la representación de lagunas legales que finalmente generen juicios totalmente equivocados de la paridad, y que impidan el desarrollo del momento histórico que se vive.