• Con recortes presupuestales, menos personal, sin una estrategia clara y bajo el escrutinio internacional, la Profepa tiene la misión a contra corriente de salvarla
CIUDAD DE MÉXICO
Con recortes presupuestales,
menos personal, sin una estrategia clara y bajo el escrutinio internacional, la
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), tiene la misión a
contra corriente de salvar a la vaquita marina de la extinción.
“Por nosotros, por esfuerzos y por
instrucciones del señor presidente de la República no paramos, tenemos la
indicación de trabajar fuerte”, aseguró la titular de la Profepa, Blanca Alicia
Mendoza Vera.
En una de sus primeras entrevistas concedidas
a un medio de comunicación, la doctora en Derecho sale al paso ante los
cuestionamientos sobre la crisis que se vive en el Alto Golfo de California.
“Yo creo que debemos considerar, en primer
lugar, que es un tema muy difícil, muy complicado, que ya existía, y que no
puede terminarse en ocho meses (sic)”, afirmó.
En esta carrera contra reloj, para evitar la
desaparición del mamífero marino en mayor peligro del mundo, la encargada de
procurar la justicia ambiental en el país debe detener primero el tráfico
ilegal de pez Totoaba, la llamada “cocaína del mar”.
Una actividad ilícita donde se encuentran
involucradas bandas del crimen organizado de México y la mafia China, lo que
nos puede costar en el corto plazo mayores sanciones económicas por parte de
Estados Unidos, que ya tiene un embargo pesquero contra los productos de la
región, y sanciones comerciales por parte de los países miembros de la CITES
(Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y
Flora Silvestres).
“Es una posibilidad de embargo comercial, que
yo creo que puede y debe evitarse, tenemos que trabajar muy fuerte en todo lo
que esté a nuestro alcance y un poco más”, manifestó.
A pesar de que la vigilancia es un punto
medular para evitar que la vaquita siga muriendo ahogada en las redes de pesca
prohibidas colocadas para capturar al pez Totoaba, en veda desde 1975, la
Profepa sólo cuenta con cuatro inspectores para cuidar el Área de Refugio de la
Vaquita Marina, que abarca mil 841 kilómetros cuadrados, donde cabe completa la
Ciudad de México, que ocupa una superficie de mil 485 kilómetros cuadrados.
“Si es cierto que traemos cuatro inspectores,
los vamos a duplicar, vamos a meter 10 en total para vigilar ahora que empieza
la temporada de camarón; lo que estamos haciendo es administrar lo mejor que
podemos los recursos con los que contamos”, indicó Blanca Alicia Mendoza Vera.
Los inspectores federales tienen un sueldo
quincenal de cuatro mil doscientos pesos y no cuentan con instalaciones ni
lanchas para trabajar, después de que el pasado 28 de marzo, una turba
enardecida quemó el predio donde resguardaban las embarcaciones menores y redes
decomisadas a pescadores furtivos, lo que impide que puedan realizar su labor.
“A raíz de toda esta agresión que sufrieron
las autoridades, hubo un repliegue, no hubo una acción constante y continua en
la realización de actividades de inspección, y esto es hasta cierto punto
normal, porque si no se detienen en atacar a los marinos, pues menos a
nosotros”, reconoció la titular de la Profepa.
La violencia que se desató en la comunidad de
San Felipe por disparos de elementos de la Secretaría de Marina (Semar) a un
“totoabero”, ocasionó además que cientos o tal vez miles de fojas de
expedientes de Procedimientos Administrativos abiertos contra pescadores
ilegales, quedaran reducidas a cenizas durante el incendio.
“No tengo el número exacto de expedientes, pero
nosotros tenemos documentación aquí en la Ciudad de México, con la que se está
trabajando para hacer la reposición, todavía no tenemos el número completo,
porque hemos ido por partes con el rezago que nos dejaron, o sea, es un
monstruo, pero vamos caminando”, Mendoza Vera.
Los números en el Alto Golfo de California
hablan por sí solos, de diciembre de 2018 a septiembre de 2019, la Profepa
aseguró únicamente dos embarcaciones menores, 45 redes de pesca, 103 buches de
Totoaba y no puso a disposición a ningún presunto delincuente ambiental.
La titular de la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente agregó que para el próximo año el presupuesto tendrá una
disminución de cuatro por ciento parejo, es decir, que la misma reducción se
aplicará a los recursos destinados a la vaquita marina, aun así, manifestó su
confianza de que esta administración federal pasarán a la historia como el
gobierno que logró salvar a la vaquita marina de la extinción.
“Nosotros estamos poniendo nuestra mejor
decisión, nuestro mayor esfuerzo de que sea el gobierno que haya logrado llevar
a cabo las acciones necesarias y correctas para que la vaquita marina
subsista”, concluyó.