• Mauricio Santamaría aborda el tema de la muerte de su madre, pero “no desde el lado triste u oscuro, sino honrando el gran amor a la vida”.
Ciudad de
Méxixo.- Ser efectivo del Ejército Mexicano desde los 15 años de edad no ha
impedido que el sargento de transmisiones Mauricio Santamaría desarrolle su
habilidad artística como pintor.
Lo ha hecho a
tal grado que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) impulsa la carrera
de este militar que hoy a mediodía inaugura su muestra Colores a la vida en el
restaurante Oxaqueñísimo, ubicado en Jesús María 42, Centro Histórico.
La serie se
compone de 13 piezas en técnicas mixtas con materiales como acuarela, acrílico,
aceite, óleo, arena o pastel aplicadas sobre bastidores o discos de madera de
gran formato de madera reciclada que se emplean en el embalaje industrial.
“Esta serie
se distingue porque aborda un tema muy personal que tiene que ver con la muerte
de mi madre el año pasado. Al darme cuenta de su poderosa presencia en mi vida,
decido no vivir el duelo desde el lado triste u oscuro sino, al contrario
honrando, el gran amor a la vida que ella tenía y que me enseñó, destacando el
gran orgullo por su cultura oaxaqueña”, afirma Santamaría.
“Además me
interesa enviar un mensaje en relación a los materiales porque son reciclados:
quiero invitar a la reflexión sobre el cuidado del planeta que es ya de primera
necesidad”, agrega el artista.
“Cada una de
las piezas la dedico al color y a la esencia de las emociones. Quise brindarles
un significado y reinterpretar la variedad de cada uno de sus aspectos. Por
ejemplo, me puse a observar y después me adapté al movimiento natural de la
madera, que se observa en las formas que adquieren sus vetas, labradas por el
tiempo y la naturaleza”.
DESDE NIÑO SE
DEDICA AL DIBUJO
Mauricio
Santamaría tiene 34 años de edad, 19 de ellos en servicio en la Sedena, donde
es elemento en activo en la Escuela Militar de Transmisiones. Autodidacta en la
pintura, dibuja desde la infancia, cuando copiaba los dibujos de sus golosinas
favoritas. Ha expuesto de manera independiente en el barrio de Tepito, en 2007,
y en un bar del Centro Histórico, en 2010. En 2015 realizó el diseño de una
escultura con armamento decomisado por la Sedena, en Sonora y, en 2016, pintó
un mural en el Jardín La Pera, en Tlatelolco.