• Como titular de dos secretarías, Rosario Robles no actuó para evitar daños a la hacienda pública, señala el auto de vinculación a proceso.
Rosario Robles Berlanga actuó de manera dolosa
respecto de la transferencia ilícita de recursos cuando estuvo al frente de las
secretarías de Desarrollo Social (Sedesol) y Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano (Sedatu), porque los directamente señalados de realizar los actos
indebidos formaban parte de su equipo de trabajo y, en forma tácita, les
permitió continuar con actividades ilícitas, indica el auto de vinculación a
proceso dictado por su presunta responsabilidad en el delito de ejercicio
indebido del servicio público, ilícito que, según las constancias judiciales,
causó un daño al erario superior a 5 mil millones de pesos.
El documento elaborado por el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna
–del cual La
Jornada tiene una copia– indica: El dolo se clasifica en
directo y eventual; el primero es porque se quiere y se hace; el segundo,
aplica en este caso porque María del Rosario conscientemente inició una
conducta de omitir informar o no evitar, a pesar de prever un resultado ilícito
(el daño a la hacienda pública), con lo que tácitamente aceptó la actualización
de otras conductas delictivas (página 16).
La ex secretaria de Estado conoció de manera oficial, mediante
notificaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) desde junio 2014
y hasta el 7 de marzo de 2018, de la firma ilegal de contratos con los que se
permitió la subcontratación (de servicios) por un porcentaje mayor a 49
por ciento y se hicieron contrataciones con entes públicos de las entidades
federativas con la intención de evitar la participación en licitaciones y poder
realizar las adjudicaciones de forma directa(página 12).
El juez Delgadillo Padierna destaca (páginas 9 y 10) que Robles fue
informada en junio de 2014 (por primera vez) de las irregularidades que se
cometían en la institución a su cargo, es decir, al frente de la Sedesol, donde
permaneció hasta el 26 de agosto de 2015.
Entre las pruebas aportadas por el Ministerio Público (MP) que fueron
retomadas para dictar la vinculación a proceso, se informa que la ASF le
entregó en 2015 seis oficios en los que daba cuenta de las observaciones
respecto de los convenios firmados que se relacionaban con la revisión de la
cuenta pública 2014.
Asimismo, con el fin de acreditar que la ex secretaria conoció de las
irregularidades, en las pruebas del MP se incluyeron los dictámenes técnicos
que se hicieron llegar a la oficina de Robles Berlanga, a los cuales se
identificó como DGAF/DTD/002/2018, DGAF/DTD/008/2018, DGAF/DTD/005/2018,
DGAF/DTD/009/2018 y DGAF/DTD/010/2018.
El juez Delgadillo tomó en consideración que en la asignación de
contratos y recursos no se verificó que los entes cumplieran con los
requisitos y capacidad técnica para ejecutar los servicios pactados en los
convenios, que no se prestaron en algunos casos y existe la presunción de
que los recursos no se utilizaron para los fines de los convenios, sino que
fueron dispersados (página 12).
En el análisis de las pruebas, señala (página 13) que la conducta
cometida puede ser considerada delito, toda vez que tuvo como
propósito malversación de fondos públicos o darles un destino distinto
para el cual se habían otorgado y autorizado por el Congreso de la Unión
(combate a la pobreza y reordenamiento del territorio nacional).
A consideración del juez, Robles Berlanga incurrió en omisión de
manera reiterada porque se operó en las mismas condiciones en las dos
secretarías de Estado que presidió, es decir, durante todo un sexenio(página
14).
Asimismo, señala que se acredita el delito, ya que María del
Rosario, como titular de dos dependencias, con el carácter de garante por ser
un sujeto ejecutor de gasto por motivo de su cargo y con la obligación legal de
evitar que se diera mal uso a los recursos públicos, no adoptó acciones para
evitar que se realizarán convenios que afectaran la hacienda pública (página
10).