• Visita de Alejandro Moreno en el PRI luego de muchos meses devolvió la sonrisa a los rostros de priistas perdida desde poco antes de las elecciones del año pasado • La militancia busca caras nuevas ya no quiere ver por enésima ocasión, los rostros de Ricardo Barroso, Esthela Ponce y por supuesto de Isaías González • La renovación de la dirigencia nacional priista es una excelente oportunidad para revivir de entre las cenizas políticas lo que pueda ser rescatado en BCS para participar en el proceso del 2021
Con la visita a la entidad del
candidato a la dirigencia nacional del PRI, Alejandro Moreno, los principales
militantes de este organismo político literalmente despertaron de un largo
letargo al que forzosamente se sometieron luego del desastroso resultado de las
elecciones del pasado 2018, pero sobre todo por el pésimo liderazgo encabezado
aún por una gris presidenta estatal del tricolor, Gabriela Cisneros.
Así que será necesario para
los integrantes de este organismo político agarrarse de este proceso interno de
selección de dirigencia nacional que se llevará a cabo este domingo once de
agosto para tratar de recomponerse y revivir ante el proceso electoral del
2021.
Por supuesto que tendrán que
luchar a contracorriente pues es en las mismas filas del tricolor donde existe
el desánimo generado no solo por los resultados electorales adversos del
pasado, sino además por una pésima dirigencia de Gabriela Cisneros que
simplemente está perdida en un horizonte político sin rumbo y con una evidente
y patética apatía que provoca hasta pena ajena.
Desde luego que este partido
tiene un potencial que podría ser aprovechado para tratar de recomponer una propuesta
más o menos competitiva para el proceso del 2021 en el que estarán en juego
además de las alcaldías y las diputaciones locales y federales, la misma
gubernatura de la entidad.
Para lograr ello, se tendrá
que hacer participar nuevas propuestas, las mismas caras afectan directamente
la confianza de su propia militancia, de ese voto duro que ya no quiere ver
otra vez, por enésima ocasión, los rostros de Ricardo Barroso, Esthela Ponce y
por supuesto de Isaías González, figuras que a estas estas alturas están más
que desgastadas ante la sociedad y no se diga ante sus propios compañeros de
partido.
Claro que hacer que estos
personajes participen desde posiciones poco o nada protagónicas es sumamente
difícil, pero así de grande es justamente el reto del PRI por llegar a hacer
propuestas convincentes como para estar en la pelea por las referidas
posiciones.
La visita de Alejandro Moreno
a la entidad y el ánimo que generó entre sus simpatizantes es una muestra de lo
que este proceso interno puede lograr si se canalizan adecuadamente los deseos
reprimidos hasta ahora de muchos priistas que a pesar de todo siguen firmes en
las filas del tricolor.
Vamos a ver si logran alcanzar
la unidad, esta materia prima tan escasa al interior de los partidos políticos
o si de plano ya desde ahora los priistas sudcalifornianos se vuelven a pelear
entre sí y lejos de salir fortalecidos resultan más debilitados de lo que ya
están.
Así que la renovación de la
dirigencia nacional del PRI es una excelente oportunidad para revivir de entre
las cenizas políticas lo que pueda ser rescatado para participar en el próximo
proceso electoral con verdadero ánimo competitivo y no solo para aparecer en la
boleta electoral.
Veremos qué sucede el próximo
fin de semana entre los priistas que este martes luego de muchos meses se les
volvió a ver la sonrisa en sus rostros misma que no aparecía desde poco antes
de las elecciones de julio del año pasado cuando el tricolor sufrió la peor
derrota desde su existencia en la entidad.
Veremos quién resulta ganador
de entre las tres fórmulas integradas por Alejandro Moreno y Carolina Viggiano,
Ivonne Ortega y José Encarnación Alfaro, y Lorena Piñón con Daniel Santos,
mismas que buscan dirigir el Comité Ejecutivo Nacional priista.