Sierra, mediocampista de Gallos, vive lejos de sus seres queridos, pero asegura estar muy contento en Querétaro
Jordan Sierra es el menor de cinco hermanos y uno de los tres que actualmente se desempeñan como futbolistas profesionales, pero el único que ha salido de la colorida Manta, ciudad costera del Ecuador.
El mediocampista de Gallos está viviendo el sueño de su infancia: jugar al futbol en el extranjero fue un anhelo que le inculcó Javier, su extinto hermano mayor, quien fuera asesinado antes de que Jordan llegara a México.
A Javier lo encontraron muerto en la empresa que trabajaba, fue asesinado. Cuando comencé a jugar él siempre veía los partidos y siempre me decía en lo que tenía que mejorar, pero de broma siempre me decía “mudo malo”, mi apodo. Estoy de seguro que está orgulloso de cómo he crecido ahora futbolisticamente y por estar en donde estoy”.
Sierra se ha convertido en el hombre que le da el equilibrio al cuadro queretano y ha seguido al pie de la letra las órdenes de Víctor Manuel Vucetich. Es feliz desde el primer segundo en el que se enteró que jugaría en el Corregidora.
Al no llegar a un acuerdo con Lobos me fui a Ecuador esperando una oferta. Yo estaba seguro que ya no iba a regresar a México y que jugaría en mi país, pero un día me marcó mi representante y me dijo: ‘Equípate, porque vas a ser gallito’. Estaba con mi hermano Jerson y ambos nos llenamos de felicidad y desde ese momento no he podido quitar la sonrisa de mi rostro, soy muy feliz aquí”, subrayó.
Su carta le pertenece a Tigres, pero no le gustaría dejar las plumas pronto, y aunque su aspecto lo hace ver un hombre más maduro, apenas tiene 22 años.
Los chavos de la Sub 20 me preguntan mi edad; yo les digo que tengo 22 y me dicen que estoy robando (risas). La barba no me ayuda mucho, pero me gusta”, confesó.
Un año en Lobos BUAP y un semestre en Gallos es lo que lleva fuera de casa. Jordan sabe que el éxito conlleva sacrificio.
Extraño mucho a mi familia, el encebollado y el ceviche que hace mi padre, una delicia. Ahora vivo solo, ellos vienen por temporadas, pero sí, es duro. No soy de salir mucho, me gusta hacerme de comer, le he aprendido a mi madre, pero tengo que confesar que los tacos también me gustan mucho”, finalizó.