Cada vez más mexicanos figuran en las principales compañías de danza clásica en el mundo
Con dos premios Benois de la Danse —el Oscar del ballet—
en dos años, cada vez más mexicanos figuran en las principales compañías de
danza clásica en el mundo, en las que sus pasos eran poco conocidos hasta ahora.
Elisa
Carrillo ganó este 2019 el prestigioso galardón otorgado por el
Teatro Bolshói de Moscú, siguiendo los pasos de su compatriota Isaac Hernández,
quien obtuvo el premio un año antes.
Es una etapa importante para la danza del
país, México se está escuchando en compañías internacionales”, dijo Carrillo en
entrevista.
Marek Rozycki, director artístico
de la Escuela Estatal de Ballet de
Berlín, buscó a bailarines mexicanos para becarlos un año en la
institución, considerada una de las 10 mejores academias de danza clásica en el
mundo.
Las audiciones, realizadas en el Centro
Nacional de las Artes, tuvieron la colaboración de la Fundación Elisa Carrillo.
“Aprecio mucho a los estudiantes de las escuelas mexicanas. Busco a chicos con
potencial para desarrollarse con miras a convertirlos en futuros bailarines”,
dijo Rozycki.
Y aseguró que en los últimos años ha visto a
muchos mexicanos en importantes compañías de danza de Europa con altísimo
nivel. “Quizá los Benois que ganaron Elisa e Isaac pusieron en la mira el
talento mexicano a nivel mundial, pero los bailarines mexicanos figuran desde
hace años en escenarios mundiales”, apuntó.
Además de Carrillo y Hernández, otros
mexicanos como Katia Carranza, primera bailarina del Ballet de Miami; Esteban
Hernández, bailarín principal del Ballet de San Francisco, y Braulio Álvarez,
primer solista extranjero en el Ballet de Tokio, ponen a México en el
escaparate de la danza mundial.
“Todos estamos viendo que México está
generando resultados y un poco más de movimiento que en años pasados. En mi
época de estudiante era más difícil salir y triunfar como bailarín”, contó por
su parte Katia Carranza.
La bailarina de 41 años comenzó sus estudios
de danza clásica cuando tenía ocho en su Monterrey natal. En 1998, participó en
una audición en Jacksonville. Y así arrancó la carrera internacional que la
llevó a la cúspide en el Ballet de Miami.
La “gran ventaja” de los mexicanos, asegura
Carranza, es su gran versatilidad para bailar distintos estilos. “Es algo que
los directores de ballet en otros países buscan en sus alumnos”.
Para Carrillo es fundamental que las
instancias culturales sigan apoyando proyectos que impulsen el desarrollo de
los niños y jóvenes mexicanos en la danza y potenciar su talento a nivel
internacional. “Todo es posible si se trabaja con integridad, perseverancia y
pasión”, concluyó Isaac Hernández.