• ¿Avanzamos con AMLO…?
Por más que los mexicanos
abren sus ojos para agrandar su vista y extender su mirada, no alcanzan a
avizorar una gran distancia de la administración de Morena, y aquel tan
criticado desgobierno priista y panista, donde, --según critica esa mayoría que
ahora integran la Cuarta Transformación--, imperó el desorden, la
negligencia y la anarquía. Y lo cual, por ende, formó parte de la tan
despreciada y vilipendiada corrupción.
Y muy a pesar de las
cotidianas misas mañaneras, y a pesar también, de las reiteradas oraciones y
los grandes deseos de la gran mayoría de los mexicanos, por el cambio, no ha
sido posible observar avance.
Por el contrario. Ahora ya ni
siquiera se respira paz, tranquilidad, Y pareciera que conforme pasan las
horas, los días las semanas y los meses, cada vez la situación empeora, y a las
familias les es imposible salir a las calles para trabajar, al menos para
respirar. Y mucho menos acudir a los parques a pasear.
¿Por qué? Simplemente porque
desde que el pueblo despierta, --y como si fuera su alimento cotidiano—desde
antes de cruzar la puerta de su hogar, el miedo ya lo lleva hecho bolas en su
estómago. Y sale pensando que la desgracia de ese día, convertida en golpes, en
asaltos, en violación, o en muerte, la va a encontrar escondida a la
vuelta de la esquina.
Han transcurrido ocho meses. Y
las fallas, los errores y las omisiones, continúan. Es decir, son los mismos
males que se le atribuían a aquellos partidos (PRI-PAN). E incluso, para muchos
ciudadanos, dichos males hasta se han incrementado.
Y las consecuencias –como
siempre-- han de pagarlas y las sigue pagando el pueblo. Porque el pueblo es el
que al final de cuentas paga los errores de una administración. Y en este caso
que hoy nos ocupa, prueba de los errores es el nuevo aeropuerto de la Ciudad de
México, y la fallida Guardia Nacional. Solo para dar –en principio-- un par de
ejemplos.
Y no es para menos. He sido
reiterativo en que las ocurrencias traen consecuencias. Y las consecuencias han
sido el desconcierto, el abandono, el descuido, el caos. Porque aquí
también es necesario hablar sobre los presuntos apoyos que recibirían las
personas mayores. Es decir de 68 años y más. En cuyo tema vale decir que muchos
de ellos y de ellas, aun andan de la seca a la meca, si no es que, como
limosneros, caminando de acá para allá, para recibir el presunto apoyo y no lo
han recibido.
Pero hay más. Pues se advierte
asimismo que la tan cacareada Reforma Educativa de AMLO, ha sido y sigue siendo
criticada como una propuesta pobre, mal fundada, mal escrita, con errores, con
fallas de sintaxis. Y en síntesis, con un montón de fallas imperdonables.
Otra falla lo representa el
programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Donde según se advierte, y de acuerdo
a lo expresado por los beneficiarios, ningún joven alcanza a distinguir la
construcción de las bases sólidas para un futuro mejor. Es decir, se trata de
un programa que solo encierra anhelos, ilusiones y fantasías.
¿Y qué decir de las fallas que
han tenido las estrategias de López Obrador en su ya famoso Plan de Seguridad
Nacional cuando la totalidad de los mexicanos se da cuenta que en lugar de
bajar los índices de inseguridad, aumentan?
Y todo lamentablemente
proviene de allí. Justamente de los desaciertos; lo mismo que de las
obras. Como también de las buenas o malas acciones que un gobierno realiza.
Porque no hay que olvidad que el receptor de todo, lo es nada menos el pueblo,
que entre a cambio de su voto sigue recibiendo penas, golpes y madrazos todo lo
cual, ya inmerso en ese remolino de desgracias, lo aproxima aún más a ese
penoso laberinto de la pobreza.
Y no es para menos, cuando el
pueblo se ha dado cuenta que ni más ni menos allí, al interior de los
gobiernos, sean del color que sean, es donde ha faltado estrategia para
la realización de acciones, lo mismo que capacidad de respuesta para
satisfacción real del pueblo. Y mientras eso sucede, es precisamente el pueblo
quien se ha dado cuenta de abusos, de excesos y de privilegios, aunque hoy,
encubiertos o disfrazados.
De la misma manera, ha sido
testigo de otros tantos favoritismos hacia los de arriba, y grandes
predilecciones a los poderosos. Mientras él –el pueblo--, se ve y se siente
relegado al ostracismo. Donde, por cierto, a él –al pueblo—, tal como si fueran
los máximos distractores, le siguen dado a beber tragos de presuntos ataques a
la corrupción y lo siguen atragantando con presuntos golpes a la impunidad.
Todo eso, en tanto los que ostentan el poder continúa alimentando su alma
de perversidades, de perfidias, de inmoralidades.
Luego entonces, es un hecho
que las promesas, tal y como lo hacen todos los que llegan a ostentar el poder,
aun cuando disten mucho de los hechos, seguramente habrán de continuar. Aunque,
a pesar de no ser pesimista, contrariamente, se antoja muy difícil que un
gobierno pueda hacer realidad los programas y acciones comprometidas, como es
el caso de lo que ha prometido el gobierno de Morena. Especialmente en lo que
se refiere a combatir la corrupción y acabar con la inseguridad.
Lo peor de todo es que la
omisión, los errores y la falta de acciones de un gobierno, conlleva a otras
cosas negativas como lo es el aumento de los niveles de pobreza. Y lo que
todavía es más preocupante, es que todo eso obliga al incremento en la
delincuencia. Y a eso se debe que, con sus acciones negativas, han sido los
mismos gobiernos quienes han coadyuvado para que el rico se haga más rico y el
pobre más pobre. Y las cosas pues, siguen igual, y vaya que para darnos cuenta
de lo anterior, no se requiere ser ni ciego, ni tampoco analfabeta.
Vamos más allá todavía al
asegurar que en lo que se refiere a la pobreza e inseguridad, por más que digan
los gobernantes, ya las cosas se han salido de control. Y que a estas
alturas, si es que realmente se quiere avanzar, lo único que les queda a los
gobiernos, es voltear la cara hacia la
búsqueda de la elevación de los niveles de productividad de cualquier
rango. Especialmente del campo, la ganadería, Etc. A través de lo cual, por
sobre todas las cosas, se busque la autosuficiencia. Y con ello, atacar el
desempleo. Que son dos de los elementales fenómenos a atacar…. Cuestión de
tiempo.