• Con una trayectoria literaria de cuatro décadas, el escritor quintanarroense recibirá este mes dos homenajes
CIUDAD DE MÉXICO.
Escritor, pero antes que nada lector voraz; poeta, pero también
estudioso del libro y la lectura; ensayista, y además divulgador de la poesía a
través de antologías, editor e investigador de la lexicografía. Juan Domingo
Argüelles se ha consolidado, a sus 60 años, como un riguroso explorador de las
vocaciones que le han apasionado, motivo por el que recibirá este mes dos homenajes.
El autor de unos 15 poemarios, e igual número
de ensayos sobre el hábito de la lectura, inspira la placa que el gobierno de
Quintana Roo, su estado natal, develará mañana, a las 17:00 horas, en la Casa
de la Cultura que posee en la Ciudad de México; y, el sábado 24 de agosto,
recibirá el Reconocimiento Universitario de Fomento a la Lectura, en la edición
32 de la Feria Universitaria del Libro de la Universidad Autónoma del Estado de
Hidalgo.
Es grato que te reconozcan. Pero
siento que los homenajes revelan que ya abrí la puerta de la vejez, que uno se
está como despidiendo. La verdad, reflejan el tiempo que le he dedicado a esto.
La literatura, tanto en el aspecto del ensayo como en la poesía, me ha
acompañado siempre”, afirma en entrevista.
El egresado de Lengua y Literatura Hispánicas
de la UNAM, quien publicó en 1982 su primer poemario, Yo no creo en la muerte, confiesa que “con la poesía
nunca tengo prisa, la voy escribiendo y, cuando surge la posibilidad de
publicarla, la entrego. Son libros que me gustan mucho, pero es un género que
no se vende, es el menos comercial”.
Aclara que sigue escribiendo poesía. “Pero
hay una vertiente que me ha atraído especialmente, a la que he dedicado muchos
años: la de la promoción, el fomento y la difusión de la lectura. Estoy muy
metido en este trabajo de investigación”.
El autor de ¿Qué leen los que no leen? (2003), su primer título sobre el
tema, afirma que, en el fondo, “todos los escritores somos esencialmente
lectores. No puede haber un escritor que no sea lector. Y todos, de alguna
manera, nos iniciamos como lectores; y, a partir de ser esto, nos dieron ganas
de escribir”.
Agrega que la lectura es una compañera.
“Quien se volvió lector, nunca dejará de serlo; es decir, podrán pasar los años
y morirá como lector. Esto es extraordinario porque, más allá de que las
personas tengan una vocación ajena a la literatura, leer abre puertas”.
El autor de Si quieres... lee advierte
que la lectura no hace mejor a las personas. “Intelectualmente te enriquece
mucho, pero moralmente no te vuelve bueno automáticamente. No crea mejores
ciudadanos. Pero sí te hace diferente y más consciente de ti mismo”.
Quien llegó a la Ciudad de México a los 14
años de edad, dejando atrás Chetumal, su “paraíso perdido”, convirtió a la
nostalgia en inspiración poética.
“Mi poesía se fue hacia el recordatorio de
ese mundo, que no era más que el de mi infancia. He escrito sobre otros temas,
además de la heredad, que es mi tierra natal, pero siempre está presente mi
lugar de origen: un pueblo grande junto al mar, con una bahía que sigue
nombrándome a donde vaya, y el mundo selvático”.
El autor de Como el mar que regresa y Todas las aguas del relámpago también extraña a la Ciudad de México “vivible y
maravillosa” en la que decidió instalarse, “una urbe que hemos perdido por la
violencia, la inseguridad, la polarización”.
Adelanta que en octubre próximo
publicará, en el sello Cal y Arena, La prodigiosa vida del libro en
papel.
La idea es mostrar que, más allá de las
predicciones apocalípticas de que el libro en papel se acabaría, que todo sería
electrónico, éste sigue teniendo una gran vitalidad.
“Planteo además que aún es tiempo de formar
bibliotecas personales, algo que ha ido desapareciendo. Al tener cien autores
indispensables en papel, puedes pasarte toda la vida leyéndolos”, indica.
Y añade que, en 2020, Océano
sacará a la luz La antología mínima de la
poesía mexicana, que cierra la serie integrada por La antología general de la poesía mexicana y La antología esencial.
Argüelles, quien publicó su
poemario más reciente en 2016, El último strike,
destaca que, poco a poco, está confeccionando un nuevo libro de versos.