MILÁN.

Mientras la capitana del barco humanitario Sea-Watch 3, Carola Rackete, era interrogada ayer en Agrigento por el delito de favorecimiento de la inmigración ilegal y desobediencia a una nave de guerra, los ministerios del Interior de la Unión Europea debatieron en Helsinki el tema de la migración.

Durante casi cuatro horas, Carola, quien entró al puerto de Lampedusa el 29 de junio pasado, explicó a la justicia los detalles que la llevaron a salvar a más de 40 inmigrantes en el Mediterráneo.

“Estoy muy contenta de haber tenido la oportunidad de explicar todos los detalles del salvamento. Espero que la Comisión Europea haga lo mejor posible para evitar estas situaciones y que todos los países (de la UE) acepten a las personas salvadas por las naves civiles”, dijo al salir del tribunal.

En Helsinki se reportaron tensiones durante la reunión de los ministros del Interior, marcadas por los pronunciamientos encontrados Italia y Malta, y de Alemania y Francia. El nudo es que los migrantes que alcancen suelo europeo se queden en el país al que lleguen.

El italiano Matteo Salvini continuó en su línea dura de incrementar las expulsiones y que todos los países de la UE se empeñen en evitar que sigan huyendo desde África.