• Reacciona la Iglesia Católica en voz de su líder Miguel Ángel Alba Díaz, puntualiza lo que para esta institución no está bien • Propone el prelado a los diputados que reconsideren el tema y hagan una amplia consulta para que la ciudadanía se exprese • Conversaciones con el diablo
Muy estimados señores
diputados:
El jueves 27 del pasado mes de
junio, ustedes aprobaron la unión entre personas del mismo sexo y sinceramente
me da mucha satisfacción y orgullo saber que nuestro Congreso estatal,
preocupado por evitar toda forma de discriminación, busque reconocer y tutelar
jurídicamente los derechos de dichas parejas.Lamento, sin embargo, que lo hayan
hecho sin suficiente reflexión y consulta y que, actuando con precipitación y
bajo presiones de grupos y consignas partidistas, hayan introducido en la
legislación matrimonial cambios desafortunados y maliciosos que inducen a
confusión y error y dañan a la institución matrimonial, tal y como hasta hoy se
ha comprendido. Con ello ustedes imponen a nuestra sociedad convicciones
ideológicas que no todos compartimos y que son parte de una agenda global con
la que grandes intereses políticos y económicos pretenden colonizar al mundo
entero, destruyendo la identidad cultural y la idiosincrasia propia de cada
pueblo.
En septiembre de 2015, cuando
empezó a discutirse en nuestra entidad este tema y la posibilidad de introducir
el “matrimonio igualitario”, me deslindé del Frente Nacional por la Familia y
me negué a convocar a la comunidad católica a participar en la marcha
encabezada por él, porque considero ilegítimo, inmoral y absurdo que quiera
imponerse a una sociedad plural, mediante leyes civiles, las convicciones
doctrinales y éticas de cualquier credo o ideología y porque la palabras
“marcha” y “frente” provocaban a polarizaciones y división.
Envié entonces un comunicado
titulado “No es bueno que el hombre esté sólo», que tuvo el acierto de ser
criticado por los más radicales y fundamentalistas de ambos bandos.
En él expresaba “el derecho
que toda persona tiene a buscar, a dar y a recibir el apoyo moral, económico y
afectivo de otra persona, independientemente de cualquier otra consideración”,
y que “por tanto, también las uniones entre personas del mismo sexo y género
deben ser vistas con respeto y aprecio por la sociedad y tuteladas por el
Estado”.
Afirmé también que al Estado
“le corresponde velar por que se respete el derecho que tienen todas las
personas a pensar, expresarse y actuar libre, respetuosa y responsablemente”, e
invité a reflexionar y consultar con serenidad, tacto y prudencia antes de
decidir si se cambia la legislación matrimonial del Estado “para tutelar
también a las parejas homosexuales, o se crea un estatuto jurídico distinto
para reconocer y tutelar los derechos de estas parejas”, a fin de evitar
agravios y confrontaciones estériles.
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Propone
el prelado a los diputados que reconsideren el tema y hagan una amplia consulta
para que la ciudadanía se exprese
Sabía, en efecto, que sería
muy difícil, y tal vez imposible, homologar bajo un mismo nombre y bajo una
misma ley realidades que, aunque tengan muchas similitudes, son distintas por
sus componentes y por los fines que pretenden.
La unión entre personas de
distinto sexo y entre personas del mismo sexo son realidades análogas que no se
pueden homologar. A una pareja del mismo sexo con toda propiedad y sin forzar
la realidad se les puede declarar esposos o esposas, cónyuges y consortes, pero
no se les puede declarar propiamente marido y mujer, sin forzar o negar la
realidad.
Ambos tipos de uniones buscan
la mutua ayuda mediante la conyugalidad y el consorcio a través de un contrato
verdaderamente esponsal, pero un fin propio de la pareja heterosexual, que no
puede ser compartido por la unión entre personas del mismo sexo, es la
posibilidad de engendrar, procrear y educar a la propia descendencia.
Señores y señoras
congresistas, basado en estos motivos y exigiendo fidelidad a los principios
que inspiran la 4T de la nación y fomentan una democracia más participativa,
les pido que se replanteen los cambios aprobados al vapor y que promuevan una
genuina consulta a los ciudadanos, evitando todo tipo de simulación y
manipulación, antes de emitir leyes en estos temas, que por ser tan sensibles,
delicados e importantes, pueden polarizar y dividir a nuestra sociedad.
Al gobernador constitucional
de Baja California Sur le pediría que no firme dichos cambios legislativos, ni
los publique en el periódico oficial del Estado antes de que el Congreso
promueva la reflexión y el diálogo y realice dicha consulta ciudadana, de modo
que podamos alcanzar consensos en los que no haya ganadores y perdedores, sino
que todos, aunque tengamos que ceder en algo, podamos sentirnos ganadores y
lograr nuestros legítimos propósitos.
A los católicos, a todos los
que creen en Cristo y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, les pido
que apoyen esta propuesta, que ponderen serenamente este asunto y que, sin
salir a vociferar consignas y slogans muchas veces hirientes y ofensivos,
participen en esta consulta, venciendo la apatía y expresando respetuosamente
su opinión según se los dicte su conciencia, pensando siempre en el bien de las
presentes y futuras generaciones de nuestro pueblo.
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Conversaciones
con el diablo
El Secretario de la Mesa
Directiva de la Diputación Permanente y Presidente de la Comisión de Transporte
Del #Congreso del Estado Rigo Murillo Aguilar, informó que se trabaja en la
última etapa de revisión de la Iniciativa que crea la Ley de #Movilidad y
Transporte para Baja California Sur, cuyo objetivo es dotar de ordenamientos
jurídicos que pongan a la vanguardia al sector trasporte en la entidad. Esta es
sin duda buena noticia. ..Y con esto nos despedimos no olviden hagan el bien y
sean felices