• Donald Trump emitió órdenes para anular efectivamente el derecho de asilo
El régimen de Donald Trump emitió órdenes para anular
efectivamente el derecho de asilo para la gran mayoría de solicitantes que
intentan ingresar al país por su frontera sur e imponer de manera unilateral su
política sobre refugiados a México, en una maniobra calificada de ilegal por
expertos en derechos de migración que será inmediatamente impugnada ante tribunales.
La
regla, presentada conjuntamente por los departamentos de Seguridad Interna y de
Justicia y que hoy entra en vigor, establece que migrantes que no soliciten
asilo en los países por los que transitan para llegar a Estados Unidos serán
inelegibles para ese derecho en Estados Unidos.
La
regla ejecutiva también será aplicada a menores de edad no acompañados, y
aunque está dirigida en esta coyuntura en particular a centroamericanos, es
aplicable a todos aquellos que llegan a la frontera entre Estados Unidos y
México, es decir, africanos, caribeños, sudamericanos y más.
La
nueva norma tiene algunas excepciones, incluyendo víctimas de tráfico humano y
a quienes se les ha negado protección en otro país.
El
procurador general William Barr justificó la medida afirmando que Estados
Unidos es un país generoso pero que está completamente abrumado por
los cientos de miles que están llegando a solicitar asilo. Agregó que la regla
frenará el abuso del sistema de asilo por aquellos que sólo buscan usarlo para
lograr ingresar al país.
El
anuncio sobre la medida, junto con las redadas contra familias indocumentadas,
argumentan observadores y opositores, es parte de la estrategia electoral de
Trump, y poco tiene que ver con resolver el tema migratorio.
Abogados
especializados en el tema indicaron que esperan que esta medida sea congelada
ante los tribunales. Lee Gelernt, subdirector del Proyecto de Derechos de
Inmigrantes de la Unión Estadunidense por las Libertades Civiles (ACLU), quien
ha encabezado algunas de las impugnaciones más efectivas ante los tribunales
federales contra las políticas del presidente estadunidense, declaró ayer
que la administración Trump está intentando revertir unilateralmente el
compromiso legal y moral de nuestro país para proteger a aquellos (que están)
huyendo del peligro. Esta nueva regla es ilegal y demandaremos (ante
tribunales) rápidamente.
La
disputa legal podría congelar la aplicación de la medida. Abogados insisten en
que viola tanto las leyes nacionales como internacionales. Señalan que la Ley
de Inmigración y Nacionalidad permite que todo refugiado solicite asilo al
llegar a Estados Unidos, algo que también establecen las convenciones
internacionales sobre el asunto, sin condicionar cómo ni por dónde llegó. Pero
hay excepciones, incluyendo si llegan a través de país considerado seguro,
o que tiene un acuerdo bilateral o multilateral que establece un tercer país
seguro.
Tercer país seguro de facto
Las implicaciones para el país, si eso procede, podrían
ser severas. Eleanor Acer, directora de Protección de Refugiados en Human
Rights First, comenta a La Jornada que con esta regla el gobierno de
Trump intenta imponer de manera unilateral la denominación de tercer país
seguro sobre México, a pesar de que éste no cumple con los requisitos para
tal calificación, y menos otros como Guatemala.
Charanya
Krishnaswami, directora de Abogacía para las Américas de Amnistía
Internacional, agregó que aunque México ha reiterado su oposición a formar un
acuerdo de tercer país seguro, con el programa de Protocolos de Protección de
Migrantes, o permanece en México, Estados Unidos está enviando al país
vecino unos 20 mil solicitantes de asilo para esperar que sus casos sean
atendidos por las autoridades estadunidenses, algo que se prolonga por meses y
hasta años (los tribunales tienen registrados casi un millón de casos sin
resolver). Eso es, en los hechos, un intento de meter por la puerta
trasera lo que sería un acuerdo de tercer país seguro, comentó.
El
gobierno de Trump ha intentado negociar durante meses un acuerdo para obligar a
refugiados de otros países que proceden por tierra hacia la frontera
estadunidense a solicitar primero asilo en México en lo que se llama un acuerdo
de tercer país seguro (existe uno entre Estados Unidos y Canadá). Pero el gobierno
de Andrés Manuel López Obrador ha rechazado pública y tajantemente tal acuerdo,
aun durante las intensas negociaciones bilaterales sobre migración bajo amenaza
de aranceles hace unas semanas.
El
gobierno de Trump también estaba por firmar un acuerdo de tercer país seguro
con Guatemala durante una visita oficial del presidente guatemalteco, Jimmy
Morales, programada para este lunes, la cual fue cancelada a último momento por
el centroamericano ante la masiva oposición política en su país a esa iniciativa
(ahora jura que nunca estuvo sobre la mesa).
Mientras
tanto, persiste la amenaza de las redadas prometidas a lo largo del país para
expulsar a familias inmigrantes indocumentadas, pero aún no hay informes de
acciones mayores. Pero como señala Frank Sharry, de America’s Voice, la
meta suprema del operativo era y es provocar temor y titulares. Recordó que
todas estas maniobras antimigrantes son parte de la estrategia electoral de
Trump de “nutrir el odio al otro… el latido del corazón del trumpismo siempre ha
sido el racismo y la xenofobia”.
David
Leopold, ex presidente de la Asociación Estadunidense de Abogados de
Inmigración, comentó ayer que espera que los tribunales le recuerden al
presidente que no es un dictador con el poder de descartar la ley de asilo
estadunidense por decreto. ¿Qué sigue? ¿Trump despachará a agentes de ICE
(migración) a Nueva York para quitarle la antorcha a la Estatua de la Libertad
y arrestarla por estar en el puerto sin papeles?