• El principio del fin
Es incuestionable que siempre,
cuando la aplanadora causa estragos político-electorales, en un principio todos
los que van arriba de la aplanadora no quisieran despertar de ese sueño. Pero
se deja en claro que a veces, tal y como está sucediendo a solo 8 meses de la
actual administración federal, el letargo causa un profundo hastío; y en
ocasiones repugnancia y aburrimiento; lo que lleva hasta el cansancio. Y es lo
que imposibilita permanecer en el limbo. Y eso finalmente se convierte en el
obstáculo para seguir volando entre nubes.
En efecto, pese a lo poderoso
que pueda ser el enorme aparato, llegar al cielo cuesta. Y más aún mantenerse
allá. Y no es para menos. La carga es enorme y muy pesada, y es mucha y muy
grande la responsabilidad del piloto. Por tanto, delegar parte de la
responsabilidad es necesaria e importante; toda vez que, se podrá ser el
Comandante en jefe, y llevar el control de la nave, y en su caso se le debe y
se le puede atribuir la toma de decisiones. Pero no es la garantía de que
la nave llegará a tierra firme, pues es totalmente imposible que un solo ente
pueda hacerlo todo. Por tanto, para que la nave llegue a su destino sin
contratiempos y con plena certeza y seguridad, se requiere del apoyo del otro
personal, como pudieran ser: Copilotos, Técnicos, Mecánicos,
Azafatas, Etc.
Y con palabras coloquiales, he
de decir que esa es la razón principal por la cual, el engrudo ya se le está
endureciendo a la Cuarta Transformación. Y cuando la harina con agua se hace
bolas, difícilmente va a pegar. Luego entonces, pese a todo lo que diga su
líder moral, la 4-T puede que no pegue, y a lo que se ve, seguirán tropezándose
con la misma piedra. Aquella con la que se tropezó el PRI y el PAN a nivel
nacional; y en su caso, con la misma piedra que tropezó el PRD en BCS, tras el
incuestionable triunfo del 99.
Con esta introducción pretendo
hablar hoy de todos los correligionarios de Andrés Manuel López Obrador,
y por ende de los morenistas en general.
Y trataré de explicarme:
Hoy por hoy, y de unos
días a la fecha, la insatisfacción y el disgusto empiezan a aflorar en muchos
de aquellos que creyeron en AMLO y que confiaron en su 4T. Y esta desbandada
era de esperarse. Como se esperan muchos más desencantados.
La lista pues, de
renunciantes, se hace cada vez más larga, pues habría que recordar que de los
primeros fueron, los titulares de la Subprocuraduría de Investigación
Especializada en Delitos Federales y de la Agencia de Investigación Criminal
(AIC) respectivamente, como los casos de Felipe de Jesús Muñoz y Omar García,
quienes renunciaron a sus cargos en la Fiscalía General de la República. Y
quienes presentaron su carta de renuncia, incluso, con carácter de irrevocable.
También, ya lo hizo Tonatiuh
Guillén López, comisionado del Instituto Nacional de Migración. Así como, por
motivos “estrictamente personales”, Simón Levy, en su calidad de
subsecretario de Planeación y Política Turística de la Secretaría de Turismo.
Otra renuncia fue la de Clara Torres, quien tenía el cargo de Políticas Sociales
de la Secretaría de Bienestar, quien dejó el cargo por inconformidad contra la
cancelación de las estancias infantiles. Sin descartar a Josefa González
Blanco, quien fuera titular de la Secretaria de Medio Ambiente, y Recursos
Naturales; al igual que German Martínez Cázares, director general del Instituto
Mexicano del Seguro Social.
Por cierto, sobre lo opinado
en su carta-renuncia por German Martínez Cázares, vale la pena hacer una
profunda reflexión. Como también lo haré en una entrega posterior, y por falta
de espacio, respecto a la renuncia del ahora extitular de Hacienda y Crédito
Público, Carlos Urzúa, toda vez que ambos personajes, hicieron duros
cuestionamientos en su respectiva carta de renuncia.
Veamos. En una primera parte,
Martínez Cáceres, cuestiona los graves recortes de personal y la agresiva
política de ahorros en la Secretaría de Hacienda. Y en un mensaje dirigido a
los miembros del Consejo Técnico de ese instituto, denunció que en el IMSS
existe una “injerencia perniciosa” de algunos funcionarios de la Secretaría de
Hacienda (SHCP), que pone en riesgo la vocación igualitaria, de justicia, y de
prestación de servicios del instituto. Agregando: “estoy consciente de los
límites y de mis límites. Puedo equivocarme, pero soy decente y tengo vergüenza
pública. Y con serenidad de ánimo, presento mi renuncia al cargo de Director
General del IMSS".
Hizo saber que mientras el
presidente proclamó el fin del neoliberalismo, en el IMSS algunas injerencias
de Hacienda son de esencia neoliberal. Y precisa que: “ahorro y más ahorro,
recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional
donde importa más el 'cargo' que el 'encargo'". Y fue más allá, al
subrayar con pleno conocimiento de causa que si bien es cierto el IMSS se debe
transformar como lo ha ordenado el presidente López Obrador, “el eje de su
reforma deben ser las personas que se atienden en el IMSS, y no los
funcionarios que trabajan en el IMSS”, denunciando entonces que algunos
funcionarios de la Secretaría de Hacienda intentan una “remodelación cosmética”
del Instituto donde, por ejemplo, se pretende reformar el Reglamento para
colocar funcionarios administrativos en los estados desde la SHCP.
En el documento, Germán
Martínez acusó que mientras se discute la remodelación del IMSS, muchos
trabajadores siguen sin certeza laboral, otros sin contrato, algunas vacantes
aumentan, el rezago en infraestructura es brutal, los contratos y convenios de
servicios se rezagan, y algunos están por vencerse sin horizontes de legalidad
y eficiencia, las compras de equipamiento paradas, las reclamaciones y litigios
aumentan; y si bien el abasto de medicamentos está garantizado, es precario y
en algunos lugares pende de un hilo.
Incluso, deja entrever que él
siente en carne propia lo que sienten los pacientes, al señalar que el
control del gasto tiene dos consecuencias fatales: una directa para el IMSS:
pasillos de espera llenos de personas adoloridas y mal trato o retraso en la
atención a pacientes; y un segundo efecto indirecto: el fortalecimiento de los
servicios de salud privados, que ocasionará mayor “gasto de bolsillo” de las
familias cuando sus seres queridos tengan un padecimiento. Y sostuvo que
Hacienda no puede desviar los ahorros del IMSS a otros fines, pues “el
Instituto no estará obligado a concentrar en la Tesorería de la Federación sus
ingresos”, según dispone el artículo 277 C de la ley del Seguro Social.
En síntesis, es incuestionable
que, mientras no exista congruencia, ilación, acuerdos o conexión, entre los
altos operadores del actual sistema, y en tanto no se deleguen
responsabilidades hacia estos, es indudable que para los analistas políticos,
hechos de esta naturaleza seguirán vislumbrando el principio del fin de
una idealista Cuarta Transformación.--- Cuestión de tiempo.