• Tan solo recordar una frase de Leonardo Sciascia: “Lampedusa fue un gran escritor, y basta este libro para demostrarlo. Un libro que nos fascina, nos divierte, nos hace reflexionar”
Giorgio Bassani fue una de las personas más
cercanas al aristócrata siciliano Giuseppe Tomasi di Lampedusa, a quien nada le
había preocupado porque ni siquiera se inquietó en definir su futuro, pero casi
al final de su vida tuvo un tema que no lo dejaba en paz: publicar la novela a
cuya escritura había entregado los últimos años de su existencia y que casi
pasó desapercibida a no ser, precisamente, por los esfuerzos de Bassani.
Como parte de esas anécdotas que pueblan
los anales del trabajo editorial en todo el mundo: los sellos Mondadori y
Eunadi rechazaron publicar El Gatopardo en su momento, no por la falta de la
calidad literaria, sino por errores burocráticos e incluso se ha llegado a
pensar que por una falta de comunicación con el escritor italiano.
Sin embargo, Bassani, quien en aquel
momento era editor de Feltrinelli, le dio una oportunidad a la novela, con lo
que creció el prestigio del sello —que mantiene hasta ahora—, al tiempo de
generarse una serie de reflexiones: Di Lampedusa falleció en julio de 1957 y un
año más tarde se publicó la novela, galardonada con el Premio Strega y
convertida en una de las obras imprescindibles del canon novelístico del siglo
XX ya no solo de las letras italianas, sino universales.
Una historia enmarcada en la Sicilia de
mediados del siglo XIX transformada en un retrato de una época y clase social
en el que el patriarca de una de las familias más poderosas contempla
impertérrito “estos tiempos convulsos que acaso supongan el hundimiento de su
mundo o tal vez traigan cambios que en realidad permitirán que todo siga
igual”, según la obra.
Anagrama lanza lo que se supone como una
edición definitiva de El Gatopardo revisada por Gioacchino Lanza Tomasi, con un
posfacio de Carlo Feltrinelli, donde la única novela de Giuseppe Tomasi di
Lampedusa terminó de ser revisada con lo que los críticos e historiadores
habían descubierto con los años, si se toma en cuenta que la novela se publicó
un año después de la muerte de su autor.
Tan solo recordar una frase de Leonardo Sciascia:
“Lampedusa fue un gran escritor, y basta este libro para demostrarlo. Un libro
que nos fascina, nos divierte, nos hace reflexionar”.