Brasil venció a Perú 3-1 en el histórico Maracaná de Río de Janeiro.
No hubo sorpresa. Brasil ya había ganado las cuatro Copas América que organizó en el pasado. Y en la quinta no hubo excepción.
Brasil venció a Perú 3-1 en el histórico Maracaná de Río de Janeiro.
Sin arriesgar, con dos goles de jugada colectiva y un penal al final, los brasileños ganaron su novena Copa América en un torneo que se recordará por las controversias arbitrales, el videoarbitraje y las polémicas declaraciones de Lionel Messi: la Copa "está armada para Brasil", dijo.
Perú, por su parte, cerró el torneo con una buena actuación, poniendo corazón y confirmando que volvió a ser uno de los grandes equipos de América Latina.
Gabriel Jesús fue el jugador más destacado de la final: pase gol en el primero, anotador del segundo y expulsado a 20 minutos del final por doble amarilla
El jugador del Manchester City, que salió llorando de la final tras la roja, fue una de las figuras de la Copa, pese a que no fue titular en los dos primeros partidos.
Pero la diferencia de dos goles quizá sea exagerada: Perú propuso más en el segundo tiempo y, cuando estuvo cerca de empatar, llegó el penal concedido a Brasil y el juego quedó sentenciado.
La alegría resultó más corta de lo que nos hubiera gustado a los peruanos, pero nos vamos de la Copa América con la cabeza en alto.Perú se enfrentó en la final a Brasil, un campeón mundial, un equipo más poderoso individual y colectivamente. Pero la Blanquirroja le planteó un buen partido y pudo demostrar en varias oportunidades el estilo de juego que suele acelerar el corazón de sus hinchas: pases rápidos, de un solo toque, a ras del suelo.
El mismo estilo con el que la bicolor le bailó en la cancha a Chile, al "campeón de América", el miércoles, y lo eliminó del torneo.
Los gritos que se oyeron durante el "clásico del Pacífico" los hemos cambiado por cierto silencio de aflicción este domingo.
Pero nos queda el orgullo de que Perú, el subcampeón de 2019, ya no es el equipo con el que los rivales se confían. Los muchachos han demostrado que pueden hacer grandes cosas en el campo.
Y el país, agradecido con ellos, confía en que continuará el progreso.