• El velocista mexicano, quien supera las 100 millas a sus 20 años, aceptó que lo difícil no es llegar sino mantenerse
El ascenso de la carrera de Andrés Muñoz como
beisbolista profesional se ha dado igual de rápido que su poderosa recta de
cuatro costuras que promedia 100.5 millas por hora, el segundo lanzamiento más
veloz en Grandes Ligas este año.
Con
sólo 20 años, el sinaloense debutó el pasado 12 de julio con los Padres de San
Diego y hasta el momento no ha permitido carrera en cuatro apariciones como
relevista y suma seis ponches a cambio de dos pasaportes.
“Es un gran cambio para mí estar aquí en las
Grandes Ligas ahora”, dijo Muñoz, quien firmó hace cinco años como beisbolista
profesional y fue vendido por los Diablos Rojos del México a los Padres de San
Diego en 2015.
“Los primeros días aquí son raros, como que
no te la crees. Ves el estadio y te cuesta trabajo creer que estás aquí. Ahora
poco a poco me la empiezo a creer, a darme cuenta que este es el lugar en que
luché para estar y ahora tengo que luchar para mantenerme”, dijo en exclusiva
desde Nueva York, donde los Padres terminaron serie frente a los Mets.
Muñoz
no sólo ha mostrado su gran velocidad en su presentación en el mejor beisbol
del mundo. En los primeros cuatro encuentros apenas ha permitido un hit, además
de los seis chocolates en cinco entradas y un tercio de labor.
“Casi siempre la presión me ha ayudado a
hacer las cosas mejor”, dijo Muñoz, quien debutó con sólo 20 años y 177 días.
“No siempre es así, pero en la mayoría de las veces cuando las cosas están
difíciles o cuando siento el nervio, como ahora de verme en un estadio de
Grandes Ligas, es cuando mejor trabajo”.
El
dominar esa presión, además de su velocidad, lo ponen como un candidato natural
para en un futuro no muy lejano ocupar el rol de cerrador en Grandes Ligas.
Muñoz
no desconoce esta faceta, ya que en las últimas tres temporadas en ligas
menores ha sumado 14 salvamentos, incluidos seis este año entre las sucursales
de los Padres de Doble y Triple A.
“Me gusta mucho ese rol, venir a sacar los
últimos outs, es una adrenalina diferente”, explicó. “Quisiera ser cerrador,
pero por lo pronto sólo me enfoco en hacer lo que me pidan. Sacar los outs que
sean, en la entrada que sea”.
El
miércoles pasado, en lo que fue su cuarta aparición como Grandes Ligas y su
presentación en la Gran Manzana, Muñoz tuvo un lanzamiento que registró las
102.2 millas por hora, el más veloz que ha tenido en su aún muy corta carrera.
En esa actuación saliço ileso a pesar de enfrentar al jonronero Pete Alonso y
al veterano Robinson Canó, quien un partido antes pegó tres cuadrangulares.
El
sinaloense ya tiene el pitcheo con mayor velocidad cronometrado para un
lanzador de los Padres y entre los mexicanos en toda la historia.
Ahora
se codea con las grandes estrellas, pero no olvida que de niño acudía a los
partidos de los Cañeros de Los Mochis y admiraba al exligamayorista mexicano
Francisco Rodríguez.
“Sí me fijo cuánto puedo lanzar, pero para mí
lo importante es ponerla en donde quiero. Ahora lo que más quiero es mantenerme
en Grandes Ligas. Como dicen, lo más difícil no es llegar, ni llegar rápido
como yo, lo más difícil es mantenerte”, expresó con la misma seguridad que
muestra en la loma.