• La dirigencia de Morena mediante encuestas arremete otra vez contra alcaldes de La Paz, Los Cabos y Comondú • En Los Cabos, las denuncias de poca transparencia y de un evidente nepotismo ponen en entredicho la labor de Armida que se dice víctima de una guerra sucia. Guerra sucia que en todo caso estaría encabezada por el propio Alberto Rentería • En Paz habrá que aclarar la adquisición de vehículos de modelo 2017 que presuntamente se hicieron pasar como si fueran del año 2019 y con precios actualizados para utilizarse como patrullas
Las limitaciones de los
alcaldes emanados de Morena en la entidad cada día quedan más en evidencia y en
entredicho, no solo por las denuncias ciudadanas sobre las pifias de los
munícipes, sino además por los cuestionamientos realizados desde la propia
dirigencia estatal de su partido político, que aún encabeza Alberto Rentería
Santana.
En la vida como en política
los golpes son más dolorosos y certeros si estos provienen de gente cercanas,
de personas que integran el mismo grupo al que se pertenece.
Por ello a los alcaldes y
diputados morenistas, les impacta más interna y externamente que sea su propio
líder partidista el que los cuestione prácticamente todos los días.
Por ello llama fuertemente la
atención que sea el mismo dirigente de Morena, Rentería Santana quien parece
tener una clara campaña en contra de diputados locales mal portados y alcaldes
emanados de su partido sobre todo contra las alcaldías de La Paz y de Los
Cabos.
Para mala fortuna de la
alcaldesa de Los Cabos Armida Castro y de La Paz, Rubén Muñoz, y buena suerte
del dirigente de su propio partido, este cuenta con elementos reales, efectivos
y suficientes para cuestionar su actuar sin temor a equivocarse.
Esta paradoja en donde es el
mismo Morena quien cuestiona a sus alcaldes, no solo pone en evidencia la
división interna que este nuevo grupo gobernante tiene y sus dificultades para
unificarse en torno a un liderazgo, sino que le permite la sociedad en general
dimensionar de qué tamaño fue el error que se cometió al elegirlos en las
posiciones que ahora ostentan.
En Los Cabos, por ejemplo, las
denuncias de poca transparencia en el manejo de recursos económicos y de un
evidente nepotismo ponen en entredicho la labor de Armida Castro que de manera
infructuosa ha tratado de hacer creer a la opinión pública que es víctima de
una guerra sucia.
Guerra sucia que en todo caso
estaría encabezada por el propio Alberto Rentería pues es precisamente el
dirigente morenista quien incluso con encuestas realizadas por su partido para
medir la efectividad de los ayuntamientos morenistas ha puesto en claro que
hasta ahora no se ha
cumplido la expectativa
ofrecida a ciudadanos durante la campaña electoral que a la postre llevó el año
pasado al triunfo morenista.
Pero no sólo en Los Cabos
existen problemas evidenciados por el presidente de Morena, también en La Paz
las cosas no marchan del todo bien y es Rentería Santana uno de sus principales
“supervisores” y críticos de esa situación.
El alcalde Rubén Muñoz además
de traer un pésimo nivel en los servicios de recolección de basura y
distribución del agua potable, ha dejado en claro públicamente, con la mano en
la cintura y cínicamente que pretende desviar dinero presupuestado para adquirir
patrullas y utilizarlo en el pago a trabajadores.
Un burdo e ilegal desvío de
recursos que veremos si es capaz de llevarlo a cabo.
Encima de ello, en una clara
muestra de premio al amiguismo y a la evidente escasez de equipo preparado,
nombró a Azucena Meza como nueva contralora municipal misma que fungía como su
secretaria particular y al mismo tiempo una pésima encargada de comunicación
social del Ayuntamiento.
Por supuesto la nueva
funcionaria no sabe gran cosa de esa área que ahora tendrá a su cargo ni tiene
la mínima experiencia y el perfil adecuado, tal como de la misma manera
demostró sus impericia y negligencia para el manejo del área de comunicación
social municipal.
Desde luego que en La Paz hay
mucho que hacer, sobre todo en la contraloría en donde, por ejemplo, habrá que
poner especial atención y dejar bien en claro, si es verdad o no, la
adquisición de vehículos de modelo 2017 que presuntamente se hicieron pasar
como si fueran del año 2019 y con precios actualizados para utilizarse como
patrullas.
Es decir, la compra de
vehículos nuevos pero de modelos dos años atrasados (2017) y que la población
las observa como si fueran de reciente fabricación (2019). El tema lo tendrá
que aclarar la nueva contralora Azucena Meza.
Por supuesto que en Comondú
las cosas tampoco están muy bien en donde para empezar aún no queda bien claro
si el alcalde Walter Valenzuela participó en grado de autoría intelectual en la
agresión física al periodista Martín Valtierra.
Las dudas persisten lo que se
entremezcla con una labor administrativa en donde también, para variar, el
nepotismo está presente.
¿Esa es acaso la llamada
cuarta transformación?
La famosa “honestidad
valiente” que tanto se presumió en campaña y que supuestamente se aplicaría una
vez colocados en las posiciones de poder, hoy suena más a burla que a una
aspiración seria por adquirir ese comportamiento ya como funcionarios públicos
electos.
Por supuesto la población que
siempre ha sabido utilizar su voto como herramienta para calificar a los
gobiernos de todos los niveles, seguramente reflexionará y razonará su voto en
función de los resultados que hasta ahora, apenas a poco más de medio año de
labor en los ayuntamientos, son una verdadera decepción.
Decepción y desencanto que
todos los días es evidenciada por el propio dirigente estatal de Morena,
Alberto Rentería, quien ahogado en su propia frustración por no poder avanzar
en lo político, se ha convertido en el principal crítico de las alcaldías
emanadas del partido que encabeza.
¡Vaya que la perra es brava!