• El objetivo de este equipo es conseguir la medalla de oro que se les negó el año pasado en la final contra Jalisco
La Paz, Baja California Sur.- Con
el pie derecho iniciaron su participación las selecciones de polo acuático de
Baja California Sur en la Olimpiada Nacional, venciendo a un rival en común en
las categorías infantil y juvenil, la Universidad Nacional Autónoma de México,
en encuentros que se llevaron a cabo en la alberca del complejo acuático “Romel
Pacheco” de Mérida, Yucatán.
Por la mañana, la selección
infantil se impuso a los Pumas con marcador de 13 goles a 9, figurando en la
ofensiva Ángel Flores y Sebastián Cadena con 4 goles cada uno, poniendo también
su cuota Francisco Chiapa 3 y Fabián Castillo2, de esta manera, el
representativo sudcaliforniano abre la fase de grupos, teniendo para este
martes programado el encuentro contra Guanajuato.
Casi al mediodía, el equipo
juvenil, subcampeón del año anterior, también logró imponerse a los
representantes universitarios por 17 goles a 10, teniendo una gran actuación
Julio Covarrubias Jr. anotando en 12 ocasiones en la meta Puma, además de Bryan
Esquivel, Kevin González, Emiliano Aguiar y David Becerra.
En cada periodo, Covarrubias
se encargó de hacer un gol en los primeros segundos para ir escribiendo la
historia del partido, que se fue de un solo lado, llegando a estar 5-4 en los
primeros 8 minutos de juego, pero a partir de allí la ventaja se fue haciendo
mayor hasta llegar a tener 7 goles de diferencia.
El objetivo de este equipo es
conseguir la medalla de oro que se les negó el año pasado en la final contra
Jalisco, pero por ahora, deben ganar la fase de grupos, teniendo como segundo
rival a la Ciudad de México este martes y el miércoles a Yucatán, para esperar
el cruce y conocer a su rival del jueves en semifinales.
Luis Cárdenas Jasso y Rubén
Junco Borrel, están seguros que ambas selecciones lograrán llegar a las
instancias finales y regresarán al estado con una medalla, pero aseguran que no
se debe caer en exceso de confianza, más bien, deben respetar al rival y jugar
cada partido como si fuera una final.