• Un baño de descrédito se posa sobre el estado debido a los desfiguros de la Senadora Lucia Trasviña • En este fin de semana les comparto un texto que me gusto para que ustedes lo leyeran • Conversaciones con el diablo
Esta
vergüenza se sintetiza en lo que se dijo ayer de ella en los medios nacionales:
Lucía Trasviña, senadora por Baja California Sur, no le hace falta ver más bax,
luego de que apareciera en redes sociales una fotografía suya portando una
pistola Glock .45 milímetros. Por lo anterior, Ricardo Monreal, líder de Morena
en el Senado, llamó a sus compañeros de bancada a actuar con sensatez y tener
en cuenta que son parte del gobierno. “Actuar con responsabilidad es cuidar todo
(…) No representamos a un grupo, no representamos a una facción, representamos
a un estado, representamos a la sociedad y por esa razón todos tenemos que
actuar con mucha responsabilidad”, advirtió.
Durante
una sesión del pleno, Trasviña llamó a los senadores de oposición “sátrapas,
ratas y lurios” y afirmó que no les tiene miedo. ¿Es en serio? ¡Bang!. Después
de esto nos basta decir que Me da la impresión que los representantes populares
y servidores públicos emanados de Morena, impulsores de la cuarta transformación,
con sus respetables excepciones obvio, creen que tienen la patente de corzo
para hacer lo que se le pega la gana. Y lo digo por muchos casos que hemos
conocido a nivel local y nacional. El más aberrante fue la publicación en
Reforma de una foto de la Senadora por BCS cargando una pistola y haciendo la
señal que disparara.
Esto
precede del discurso grosero que pronunció en la sala de sesiones del Senado
donde lanzó epítetos y amenazas contra sus opositores. Fue tan grave lo dicho
que a la postre se obligó a retirar del diario de los debates tales
aseveraciones. De la foto argumento que es un montaje lo que no ha sido creído
por nadie. Pero si brotaron condenas colectivas por la acción empezando por el líder
del Senado que Luego de que apareciera en redes sociales una fotografía de la
senadora por Baja California Sur, Lucía Trasviña portando una pistola, el líder
de Morena en la Cámara alta, Ricardo Monreal, llamó a sus compañeros de bancada
a actuar con sensatez y tener en cuenta que son parte del gobierno.
Esto
es para los Sudcalifornianos algo aberrante. Y lo es porque hasta hoy dicha
Senadora no ha dado muestras de su utilidad como representante de una entidad
que requiere el apoyo de sus representantes. Y en lugar de ello va de pifia en
pifia afectando a toda la sociedad y en especial al Senado de donde es nada más
ni nada menos la presidenta de la Comisión de seguridad. Esto es por un lado.
Por
el otro extraña que este comportamiento fatal de la señora TRASVIÑA no merezca
el mínimo comentario de la oposición a Morena, dando la impresión que les
agrada estos desaguisados. Y por lo tanto la susodicha legisladora ya debe
hacer una reflexión de sus payasadas y en lugar de las mismas trascender con
acciones de provecho para sus representantes. Creo que ha llegado la hora de
llamar a la cordura a la susodicha legisladora.
* En
este fin de semana les comparto un texto que me gusto para que ustedes lo
leyeran
Fricción
de metales, chirriar de frenos. Y el palpitar acompasado de un motor viejo. Ruido
de las destartaladas ventanas. Estos
signos vitales son de mi nave. Un larguísimo camión que todos los días me lleva
al trabajo.
Soy
un viejo. Y vivo feliz horas extras, arrastrando los pies. Y embarrando suelos
cuando caigo por un tropezón.
Inicio
jornada cuando a mi estomago llega el suero del café. Y mis churidos pies dan
el visto bueno para caminar. Un baño con agua caliente. Y a la selva humana.
Camino
20 cuadras lento, pero constante hasta llegar a la terminal de mi camión... Soy
un chavalon, de la tercera edad.
Subir
es una odisea. Echo el cuerpo por delante y escalo con dificultad cuatro
escalones. Y arriba. Extiendo mi mano
enjuta y suelto dos monedas: una de cinco. Y otra de uno.
Entrar
al bus, es un placer. En estos tiempos de frío aunque carcanchines traen
calefacción. Me siento adelante. Esto cuando hay asiento disponibles. Si no, atrás.
No me desagrada.
El
trayecto hacia mi destino: El Centenario es de una hora. Gozo el palabrerío de
la gente. Múltiples temas. Y me agrada
el tipo de pasajeros. Desde un albañil, o un hombre de negocios, sin carro,
hasta una guapa y sensual dama. Sin ignorar a niños y jóvenes que van a la
escuela. Y las doñitas cargando su bolsa del mandado.
Los
fines de semana son de fiesta. Caras alegres. Y más en días de quincena.
El
recorrido es fascinante. En los linderos de El Centenario hay miseria. Casas de
choya y cartón. Niñitos desnudos entre los cardonales. Sin asomo de traza
urbana, ni servicios por llegar. El camión levanta polvo.Y llega. Penetra en
las narices. Y pica
Metros
adelante de La Ciudadela, aparece, el otro rostro, casas de ricos, palacios y
pavimento. Y otras gentes.
A
las Díez llego a mi empleo ¿qué hago? ¿
a que me dedico? A que se puede dedicar un hombre viejo. En un
lote semi baldío. Transcurren mis seis horas laborables.
Mi
trabajo es desayunar lo que cargo en mi mochila. Un troncho de queso fresco.
Dos burritos. Y fruta fresca.
Después
leo. Y me gusta leer la historia, cine. Y poesía. A las dos de la tarde riego y
hablo con dos bugambilias que sembré. Y como tarea fuerte limpio un viejo
librero.
Retorno
a casa contento y satisfecho en ese camión que sale cada media hora. Todos los
choferes son jóvenes. Y buenos para manejar. Todos traen chicos celulares. Y la mayoría usan audífonos.
El
relevo de choferes lo hacen con la
bestia en marcha. Hacen El Paso de la muerte.
Cuando
viajo como ahorita de regreso en fin de semana, lo hago en medio de hermosas
mujeres. Y jóvenes guapos que van a La Paz a darle gusto al cuerpo en esos
momentos se impregna de perfumes. Y risas de vida.
He
perdido libros y monederos. No escucho cuando se me caen. Pienso que les sirven
a quienes los encuentran.
Esta
es mi forma de vivir. Es mi viaje a un mundo que disfruto. No me son ajenos los
latidos de otros y otras como yo que viajamos todos los días a donde nos
sentimos bien
•
Conversaciones con el diablo
Ayer
por la tarde presente a la sociedad. Sudcaliforniana mi segundo libro Cachitos
de vida. Esto fue en el Archivo Histórico profesor Pablo Leocadio Martinez. Ahí
conté con el respaldo de la titular de este organismo Elizabeth Acosta Mendia y
de los destacados presentadores Marcos de Jesús ROLDAN y del doctor Ramon
Ojeda. Agradezco a todos los asistentes que me acompañaron. Fue un honor para mí.
Destacó el apoyo de mi familia encabezada por mi hermano Pancho. Y de mi esposa
Ely y todos mis hijos. Mil gracias....Y con esto nos despedimos. No olviden
hagan el bien. Y sean felices.