• El pueblo llora lágrimas de sangre
Hace bien Andrés Manuel López
Obrador, como presidente de México, --y eso es incuestionable-- en
preocuparse por los derechos humanos en nuestro país.
Más aun cuando la punta de la
madeja la ponen al descubierto organismos internacionales que previamente han
emitido al menos tres mil recomendaciones a México por violación a los derechos
humanos.
Igual, hace bien en
preocuparse por la relación bilateral México-Estados Unidos y con ello todos
esos migrantes que prácticamente están invadiendo al país en su intento por
alcanzar el sueño americano.
Pero vayámonos a fondo:
altamente preocupado por estas recomendaciones, pareciera que desde el
presidente para abajo, están pasando desapercibidos hechos sumamente
importantes como es la desaparición de personas, especialmente de jóvenes y en
su caso, estudiantes. Muchos de los cuales irremediablemente son encontrados
sin vida.
Veamos algunos datos
escalofriantes y de los más recientes, es decir de marzo para acá: “en menos de
una semana se reportó la desaparición de cuatro estudiantes de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) ante la Fiscalía Especializada”.
Otro: “en tres días, seis
estudiantes han desaparecido en Jalisco. Javier Aceves, Marco Avalos y Daniel
Díaz, todos estudiantes de la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV),
fueron desaparecidos por un grupo de hombres armados en el fraccionamiento
Colinas de Tonalá, ubicado en el municipio del mismo nombre”.
Algo más: “En el municipio de
Tala, César Ulises Arellano desapareció mientras esperaba el camión que lo
traería de regreso a Guadalajara. Él es estudiante de Medicina en la
Universidad de Guadalajara (UdeG). Mientras que Pedro Ruiz Guerrero,
estudiante de la Secundaria Técnica 45, también desapareció en el municipio de
Zapopan”.
Seguimos: “La también
estudiante de la UdeG, Susana Carolina Gutiérrez Flores, desapareció en el
trayecto entre su casa en la colonia Oblatos y el Centro Universitario de
Ciencias de la Salud, ambos en ubicados en Guadalajara.
Y aún más: “Como todos los
días, José Ángel Arcos Guevara salió de su casa para dirigirse a la escuela
Preparatoria anexa a la Normal en Chalco, Edomex., donde, a decir de
testigos tomó sus clases y salió aproximadamente a las 8 de la noche, pero ya
no regresó a su casa.
Otro dato: “La Fiscalía
General de Justicia del Estado de México difundió un boletín de urgencia para
localizar a la estudiante Tanya Itzel Fajardo Ramírez, desaparecida en Tecámac,
Estado de México”.
Otro dato: “El alumno de
arquitectura de la Universidad Vizcaya, de Saltillo, Coahuila, José Luis
Vanegas Olloqui, se encuentra desaparecido, es buscado por lo que su familia y
autoridades comenzaron su búsqueda.
Y sigue: “Desaparecen dos
jóvenes estudiantes, el primer caso es el de José Ángel Arcos Guevara
estudiante de la Escuela Preparatoria Anexa a la Normal, en Chalco. El segundo
caso es el de Juan Salvador Méndez Goyri Pérez, quien fue visto por última vez
el pasado 10 de junio en la colonia Satélite”.
Casi al concluir: “Parral,
Chihuahua.- Una estudiante de secundaria desapareció desde el pasado miércoles,
salió de su vivienda la tarde de dicho día. La adolescente desaparecida
responde al nombre de Debahny Aldana Pantoja”.
Y aquí no podemos pasar desapercibido
uno de los casos más dramáticos patéticos conmovedores, el de Norberto
Ronquillo: el joven universitario de 22 años asesinado después de que su
familia pagara un rescate por su secuestro. Lo que conmocionó a todo
México.
En síntesis. Allí está el
dolor del amigo, del hermano, de la hermana, del padre y de la madre. Un dolor
que no tiene parangón.
Y mientras los casos van en
aumento, desde la presidencia, pasando por la Secretaria de gobernación,
investigadores, derechos humanos, y la Fiscalía General de la Republica,
su tiempo, lo han ido perdiendo en veremos, en declaraciones, en programas y en
proyectos.
Aquí lo confirmo: “la
Secretaría de Gobernación (Segob) dio el banderazo para el inicio formal de los
trabajos para la construcción del Programa Nacional de Derechos Humanos
2019-2024”.
Aquí también: “La secretaria
de Gobernación inauguró un memorial en el marco de los 48 años de la Matanza
del Jueves de Corpus en 1971”.
Y la opinión de Olga Sanchez
Cordero: “‘Segob está dejado atrás un pasado oscuro”.
Olvidando esta dama que la
oscuridad, esas penumbras de pobreza y violencia en que viven y se desarrollan
cotidianamente millones de mexicanos, está presente. Es actual.
Y recalco: “preocupa ‘posible
escalada de violencia y derramamiento de sangre’ en Venezuela”, aclarando que
la SRE informó que buscará consultar a los países integrantes del mecanismo de
Montevideo para encontrar una solución pacífica al conflicto en Venezuela. Hágame
usted el favor, dejando por un lado hechos altamente preocupantes que están
ocurriendo en México.
Basta ya. El pueblo está harto
de palabrerías, de términos de liberales, de reformistas de progresistas, de
renovadores, de conservadurismos, de amor, de abrazos y besos… y quiere hechos.
Porque contrariamente ahí se
va el tiempo… y se les ha ido repartiendo besos y amor, mientras el pueblo
llora. Llora lágrimas de sangre al ver a su ser querido muerto, O cuando ya no
lo vuelve a ver jamás.
Y lamenta los que se han ido,
porque duelen, y mucho. Pero olvidan que aquí, aún nos quedan los que
dolerán… Cuestión de tiempo.