WASHINGTON.

Estados Unidos e Irán se enfrascaron en reclamos tras el derribo de un dron de la Armada estadunidense por parte de la Guardia Revolucionaria iraní.

Se trata de una acción que Teherán atribuye a una violación de su espacio aéreo.

Sin embargo, Washington rechazó esa acusación, y afirmó que el dron estaba volando espacio aéreo internacional.

El gobierno de Irán fue el primero en informar del incidente cuando los Guardianes de la Revolución anunciaron el derribo de un MQ-4 Triton, cuando realizaba tareas de vigilancia.

Presuntamente, el dron fue abatido con un misil tierra-aire cuando entró en su espacio aéreo en las primeras horas de ayer y voló sobre la provincia de Hormozgán.

Los defensores de las fronteras del Irán islámico mostrarán reacciones decisivas y directas a la agresión contra este territorio por parte de cualquier extranjero”, advirtió el comandante en jefe de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salami.

El Pentágono afirmó que no fue un acto provocado, y que el aparato realizaba tareas de reconocimiento sobre aguas internacionales.

Los informes que apuntan que la aeronave se encontraba sobre Irán son falsos”, afirmó en un comunicado el capitán Bill Urban, portavoz del Mando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (CentCom), responsable de las operaciones en Oriente Medio.

Posteriormente, el Pentágono divulgó un vídeo con el supuesto derribo, aunque las imágenes, de escasa calidad, apenas muestran el rastro de humo del supuesto misil.

Horas más tarde, el presidente Trump recurrió a su cuenta de Twitter para publicar un mensaje con tono amenazante: “¡Irán cometió un gran error!”.

Horas más tarde, Trump restó importancia al suceso y señaló que posiblemente se había tratado de un accidente.

Me parece difícil creer que fuera intencionado. Creo que fue alguien imprudente y estúpido el que lo hizo”, afirmó el mandatario a los periodistas.

Este suceso se produce apenas unos días después de que Washington señaló a Irán de posibilitar el derribo de una de sus aeronaves no tripuladas en el Yemen y de intentar abatir a otra que sobrevolaba el Golfo de Omán.

La tensión ha escalado al punto de que la Casa Blanca decidió enviar más tropas y reforzar su despliegue militar de buques y misiles en el Golfo Pérsico.