Celebran a Ramírez Vázquez en su centenario natal
Con motivo del centenario natal de Pedro Ramírez Vázquez, celebrado el
pasado 16 de abril, el arquitecto y urbanista recibió un homenaje la noche del
lunes 10 de parte de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México
(AIAM), en una de sus obras más icónicas: el Museo Nacional de Antropología
(MNA).
La ceremonia, efectuada en el patio central, fue encabezada por la
secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, quien expresó que las obras
del homenajeado, como “este museo, el Estadio Azteca, la Basílica de Guadalupe
y el Museo del Templo Mayor, son de las más visitadas”. Además, son espacios en
que “ese imán que llama a mexicanos, a propios y ajenos, a reconocer lo que
somos como nación, está enmarcado de manera impecable, sutil, respetuosa,
resaltando lo que allí debe de suceder”.
Mientras más pasa el tiempo su obra gana carácter, coherencia y fuerza,
aseguró la funcionaria, quien dijo que el día anterior había revisitado el
Centro Cultural Tijuana, también de Ramírez Vázquez, “un centro relevante no
sólo para los que viven en esa ciudad, sino para los migrantes que llegan a la
frontera”. Al referirse al Bosque de Chapultepec, Frausto señaló que “uno de
los proyectos prioritarios de esta administración será la articulación de este
gran espacio”, donde el homenajeado es el único arquitecto de haber realizado
tres obras. Aparte del MNA, los museos de Arte Moderno y del Caracol (Galería
de Historia).
Javier Ramírez Campuzano dijo que en la obra de su padre “siempre estuvo
presente un alto concepto de la escala humana, pero no en cuanto a su dimensión
física, sino en la dimensión de su dignidad, al integrar valores útiles,
lógicos y estéticos como sinónimos de sinceridad arquitectónica y urbanística”.
Agregó que la visión práctica de su progenitor para diferentes
soluciones locales, rebasó fronteras. Por ello Ramírez Vázquez “no fue un
arquitecto internacional, sino un hombre universal. No trajo soluciones del
exterior sino que proyectó y distinguió nuestra identidad y valores a lo
universal”.
La búsqueda de soluciones que siempre hizo “se basó en la convicción de
que el sólo conocimiento de nuestros problemas y necesidades, el sólo dominio
de la técnica, son estériles si no se traducen en realizaciones materiales de
inmediata utilidad social. Así concibió su proyecto arquitectónico más querido,
el aula rural prefabricada”.
Para Felipe de Jesús Gutiérrez, expresidente de la AIAM y coordinador
del homenaje, “don Pedro era un arquitecto singular que asumía la arquitectura
como una profesión de servicio, una herramienta de cambio de la sociedad. Su
producción arquitectónica sigue firme, con alma eterna y continúa asombrando a
propios y extraños por su enorme vigencia e imponente presencia. Don Pedro es
uno de los grandes arquitectos y urbanistas del siglo XX, fundamental en la
cultura mexicana, del diseño de las ciudades y de la arquitectura al servicio
del país”.
Roberto Eibenschutz, a nombre de la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM), recordó que Ramírez Vázquez concibió, fundó y fue el primer rector de la
institución. Su “apego” a la UAM se reflejó en su intención de donarle el
legado de toda su vida profesional que incluye una cantidad de materiales
arquitectónicos, gráficos, textiles, industriales, fotográficas, fílmicas,
entre ellas su biblioteca que reúne más de 20 mil volúmenes, afirmó el
académico.
A nombre del secretario de Educación Pública, Jorge J. Jiménez Alcaraz,
director general del Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa,
se refirió a los aportes de Ramírez Vázquez en el sector educativo como la
implementación del proyecto Aula, casa rural, con cuyo diseño se construyeron
más de 35 mil escuelas en las comunidades de más bajo recursos. Además, el
modelo fue exportado a 17 países.