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Hoy es jueves, 28 de noviembre de 2024

Andy Ruiz noqueó al mundo

• Muchos de los habitantes de Imperial, California, sabían que ese boxeador tenía un don especial

Andy Ruiz noqueó al mundo

Andy Ruiz es gordo, no hace falta decirlo. Le han dicho que es un “gordo descuidado”, el Osito del Pan o —algo más benevolente— El Chico de la Lonchera. Por increíble que parezca, su exentrenador lo comparó con Russell, el niño angelical y obeso de la película Up. El ritual que tiene de comer barras de Snickers antes de cada pelea ha alimentado esta imagen.

Ahora tiene un nuevo apodo, uno que su padre le gritó hace poco desde la audiencia del programa de Jimmy Kimmel en Los Ángeles, cuando Andy estaba sentado bajo los reflectores: el Rocky Mexicano.

El 1 de junio, Ruiz, de 29 años e hijo de migrantes mexicanos, se convirtió en el improbable campeón de boxeo de los pesos pesados tras aporrear y derrumbar en repetidas ocasiones a Anthony Joshua, el campeón escultural e invicto del Reino Unido que hacía su debut en el Madison Square Garden.

Desde ese momento, la fama y la riqueza han llegado deprisa para el chico que tira golpes asesinos y es originario de la ciudad fronteriza de Imperial. Ha generado casi 6 millones de dólares en ganancias. Apareció en el programa de Kimmel. Realizó un viaje a Ciudad de México para ver al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Antes de que empezara la pelea, mientras analizaba el físico de los competidores, uno de los comentaristas de la televisión señaló: “Anthony Joshua es el paquete completo. Es el dibujo de un campeón de los pesos pesados si lo estuvieras imaginando. Andy Ruiz Jr., agregó el comentarista, “no es la belleza corporal andante”.

Ahora, Ruiz le ha dado al boxeo una historia cautivadora. Tuvo la oportunidad de pelear por el título sólo porque el oponente original de Joshua no pasó varias pruebas de dopaje y logró una victoria sorpresiva parecida al célebre nocaut que Buster Douglas le propinó al campeón invicto Mike Tyson.

Nacido en Estados Unidos, aunque presume con orgullo sus raíces mexicanas, Ruiz se ha convertido en uno de los hijos favoritos de una comunidad de migrantes que anhelaba tener algo que celebrar en este lado de la frontera.

En su ciudad natal de California, Imperial, con sus casas prolijas de techos bajos y paisajes suburbanos del desierto, el logro de Ruiz ha animado a una comunidad que se siente acosada por la división nacional en torno al tema de las personas migrantes.

"Los latinos podemos hacer algo por Estados Unidos”, afirmó Andy Ruiz padre. Llevaba una gorra con el apodo de su hijo, Destroyer, mientras estaba sentado en su sala rodeado de trofeos y cinturones de campeonato. “No venimos aquí a sustituir a los blancos; venimos a trabajar, a establecer a nuestros hijos, para que puedan lograr algo en la vida”.

Mientras conducía por Imperial, Ruiz padre mostró todos los sitios emblemáticos de la aclamada vida que ahora goza su hijo.

Sus restaurantes favoritos: Johnny’s Burritos, Donut Avenue y El Zarape, donde el rostro de Ruiz hijo emergió de la primera plana del periódico local en un exhibidor. Luego Ruiz padre se detuvo en el bachillerato de Imperial, donde su hijo nunca se graduó porque prefería participar en las peleas callejeras que estudiar.

"No se estaba portando bien, así que lo llevé a México”, comentó. Recordó los viajes interminables, de ida y vuelta a través de una frontera donde cada vez que cruzaban debían esperar horas, para que entrenara en gimnasios mexicanos.

Ruiz padre tuvo un negocio de construcción y, cuando la dedicación al boxeo de su hijo flaqueaba, lo ponía a trabajar en el calor extenuante, a instalar placas de yeso. También le dio una lección más extrema. Después de que Ruiz participó en otra pelea callejera, su padre hizo que un amigo, un oficial de la policía, lo metiera en una celda.

"Entonces, empezó a escuchar”, mencionó Ruiz padre. “Aprendió a escuchar”. Si no lo hubiera hecho, ¿quién sabe qué habría sucedido?

"Todo el mundo es rudo en ese lugar porque es una pequeña ciudad cerca de la frontera mexicana”, comentó Ruiz. “Hay mucho contrabando de drogas. Hay pandillas. Cárteles. Pero, por suerte, el box me salvó la vida. Me mantuvo disciplinado, me alejó de las calles”.

Cuando Ruiz está en casa, se ejercita en el gimnasio Sparta. Es sólo uno de los muchos lugares donde la gente está celebrando.

"En la comunidad mexicana han enloquecido”, señaló George Muñoz, quien dirige el gimnasio. “Buscaban a alguien que les diera un sentimiento de orgullo. Todo el mundo ha dicho: ‘Hacía mucho que no me sentía así con el boxeo’. Para los muchachos de aquí, el boxeo lo es todo. En pocas palabras es algo mexicano, básicamente”.

En el mundo del boxeo tal vez nadie habría pensado en la posibilidad de que Ruiz venciera a Joshua, pero en los gimnasios del sur de California y de México, tenía la reputación de temible, aunque a veces le molestaban los cuestionamientos sobre su compromiso con el deporte.

Su peso siempre fue un problema: cuando peleó con Joshua, estaba más o menos esbelto, para sus estándares, con 121 kilogramos. En algún momento, después de no lograr su clasificación a las Olimpiadas de 2008 como miembro del seleccionado nacional mexicano, regresó a Imperial y se hundió en la desesperanza, se comenzó a juntar con viejas amistades y a comer en exceso. Su peso se disparó a casi 158 kilogramos.

A final de cuentas, Ruiz emergió de su estado depresivo, aceptó trabajar con un entrenador famoso, Freddie Roach, del gimnasio Wild Card en Hollywood, y se hizo profesional.

"Todos los que lo han visto en el gimnasio sabían que podía ganar”, mencionó Roach, quien señaló que conocía a 20 personas que habían apostado a que Ruiz vencía a Joshua.

Justin Gamber, un entrenador en Las Vegas que alguna vez trabajó con Ruiz, se acordó de haberlo visto en el Wild Card. “Me dije: ‘¿Quién es este tipo?’”, recordó. “‘Me pregunto si puede pelear’, pensé. Qué equivocado estaba”.

Gamber dijo que Ruiz siempre había sido subestimado. “La gente piensa que Andy no está en forma cuando ven su cuerpo”, comentó. “Ese muchacho trabaja más duro que muchos de los chicos que parecen ser especímenes físicos. Pero nunca va a tener un cuerpo magnífico. No está en su ADN”.

Gamber señaló que “la gente del boxeo sabía que tenía una reputación de rudo. “Se ve torpe, como un chico gordito, pero es un hombre peligroso”.

Ahora que Ruiz es campeón, ha buscado que la forma de su cuerpo sea parte de su atractivo estelar. “Muchos de nosotros nos podemos identificar con Andy por su aspecto”, opinó Manny Robles, su actual entrenador.

Ruiz padre comentó que quería hacer una película sobre su hijo y las escenas y el guion no serían difíciles de imaginar. Las salidas a correr temprano por la mañana en el parque Griffith de Los Ángeles, mientras entrenaba con Roach. El pequeño apartamento en Hollywood donde vivió durante esos días, su padre dormía en el sofá. Los cruces de la frontera, las peleas callejeras.

En el Madison Square Garden, después de que el réferi terminó la pelea, y que Ruiz saltó por todo el cuadrilátero como un niño, el boxeador habló con su madre, Felícitas Ruiz.

"Me dijo: ‘Se nos acabaron los problemas’”, recordó. “‘Lo logramos’, me dijo. ‘No lo puedo creer, pellízcame, mamá, lo logramos’”.

LE ESPERA UN DESFILE

 El campeón mundial Andy Ruiz Jr. tendrá un momento especial mañana al encabezar un desfile en su honor que se realizará en Imperial, California.

Aunque en un principio se había anunciado que se cobraría la entrada al evento, la Cámara de Comercio del condado aclaró que será gratuito, por lo que se espera una gran cantidad de aficionados, incluso muchos de ellos provenientes desde Mexicali.

La celebración iniciará con un desfile festivo por varias calles de Imperial y terminará en la escuela primaria.

El desfile en el lugar de origen de El Destroyer estaba programada desde hace tiempo, pero no se había realizado por los compromisos del campeón.