• Decenas de asombrosas creaciones de artesanos "se tomaron fotos" con familias mexicanas y extranjeras
En hombros de sus creadores, 36 alebrijes iluminados salieron
del Museo de Arte de Popular para
convivir con la gente en la Alameda Central, en donde se instalaron durante una
hora y media para que niños y adultos pudieran capturar con sus teléfonos
celulares estas coloridas figuras.
Como cada último miércoles del
mes, en el marco de la Noche de Museos,
las extrañas obras surgidas de la imaginación de los artesanos salieron del
recinto ubicado en la calle Revillagigedo y aunque minutos antes la lluvia en
otras zonas de la urbe amenazaba con impedir su recorrido, el clima en el
Centro Histórico fue benevolente.
“Juro que lo más complicado es cargarlo”,
confesó Gabriel González García, creador de un alebrije tipo camaleón con manos
de rana y más de 10 kilos que cargaba con ayuda de un arnés metálico en forma
de chaleco, mientras que en las manos llevaba dos tubos que le servían para
darle movimiento.
Lo mejor es tratar con la gente, con los
niños. Eso es lo bonito de venir aquí, la interacción, les encantan a todos”,
destacó el artesano, quien además mostró un pequeño alebrije colocado en un
casco que su compañero Alfredo se encargó de pasear, aunque el más grande ha
recorrido diversos festivales del país.
A las 20:00 horas las puertas
laterales del museo se abrieron y los animales con rasgos
marinos, terrestres y hasta de ultratumba fueron recibidos con gritos de
admiración y
aplausos de las personas congregadas afuera, quienes los siguieron en su
recorrido, en medio del asombro y hasta temor de los más pequeñitos.
“Me gustan porque tienen luz”, dijo Sofía de
cuatro años, mientras Matthew, de seis, indicó que su favorito fue el que
sacaba burbujas por la boca, y aunque los pequeños desconocían la historia de
estos peculiares seres, igual disfrutaron de fotografiarse con cada uno de
ellos, acompañados por su mamá.
Un hipocampo psicodélico a rayas, enormes
esqueletos, camaleones, ranas, dragones, peces, perros y una especie de araña
se instalaron a lo largo de las nueve glorietas que conforman la Alameda,
distribuidos en grupos de al menos cuatro en torno a las fuentes, esculturas o
círculos de bancas, explicó Angélica Estrada, asistente del proyecto de la
Noche de los Alebrijes.
Pese al cansancio por el gran peso sobre sus
espaldas y hombros, los creadores o parte del equipo de trabajo del museo,
formado en su mayoría por hombres y algunos con máscaras de luchadores, no
dejaban de mover los brazos de las figuras para que éstas bailaran o posaran
mejor en las fotos.
Al mismo tiempo decenas de personas, un poco
desorganizadas, corrían para retratarse o tomarse "selfies", aunque
otras más se formaban y pacientemente esperaban su turno.
“Algunos están hechos de guata, tienen tela
de bolsas para reciclar, también papel micro y en cuanto a estructura cuentan
con aluminio, carrizo y cuerda de piano; se pintan con barniz para avión, pero
antes están decorados con pinturas acrílicas para darles detalles y diversas
formas”, explicó Estrada.
Estas piezas surgieron de un plan piloto
después de que dos artesanos fueron invitados por una compañía en Francia para
que llevaran el color y allá compartieron la técnica, aunque ésta se ha ido
modificando; después se impartieron dos talleres en el museo y ahí se generaron
otras figuras, aunque luego llegaron más por iniciativa de otros grupos de
trabajo.
Algunas de las familias que
presenciaron esta actividad llegaron allí por casualidad, también se
aproximaron jóvenes en patines o bicicletas y no faltaron los turistas
nacionales y extranjeros quienes, atraídos por las luminosas creaciones de
distintos tamaños, quisieron retratarse con ellas.
“¡Qué chulo es esto, son maravillosos! Me
parece increíble, sé que es una tradición de aquí que representa el arte
popular también”, indicó Carmen Vilches, quien procedente de España vacaciona
en la capital mexicana acompañada de su marido y su hijo, que no pararon de
tomar fotos.
Angélica Estrada indicó que los
alebrijes podrán disfrutarse nuevamente
los últimos miércoles de julio, agosto y septiembre; mientras
que en octubre será el tradicional desfile de Alebrijes Monumentales,
conformado por al menos 200 piezas que recorrerán del Zócalo de la Ciudad de
México al Ángel de la Independencia.