• Con la exposición Lujos de nácar: prendas enconchadas en Tenochtitlan llevada a cabo en el museo del templo mayor
La belleza del nácar y la delicadeza de su entrelazado en prendas de
rituales llamadas epnepaniuhqui (unión de conchas nacaradas, en náhuatl), así
como la reconstrucción museística de ofrendas arqueológicas, se presentan en el
Museo del Templo Mayor.
Lujos de nácar: prendas enconchadas en
Tenochtitlan,exposición
inaugurada en ese recinto, ofrece al visitante el origen, el simbolismo y la
recuperación científica de una serie de atavíos prehispánicos confeccionados
con nácar que se usaban sólo en rituales como una manera de agradar a los
dioses mediante el efecto tornasol de esa sustancia dura.
Las excavaciones efectuadas en el Proyecto Templo Mayor han sacado a la
luz gran cantidad de objetos de concha, muchos de los cuales son nacarados y
constituyen atributos conocidos de ciertas divinidades: las orejeras epcololli,
distintivas de Ehecatl-Quetzalcoatl; los pectorales anáhuatl, característicos
de Tezcatlipoca y los pendientes xopilcozcatl, que portan los dioses de la
música y la danza.
El estudio de los contextosarqueológicos permitió determi-nar que estos
elementos se asociaban a otros objetos para formar atavíos más complejos y de
máximo lujo.
El efecto tornasol, muy apreciado entre los mexicas
Con la curaduría del arqueólogo Adrián Velázquez y de la conservadora
María de Lourdes Gallardo, la exposición Lujos de nácar: prendas enconchadas en Tenochtitlanreúne cinco
epnepaniuhqui, cada uno integrado por cientos de pendientes elaborados con ese
recurso marino; el más antiguo data delperiodo formativo medio (800 a 400 aC),
el cual fue recuperado de un predio de Zacatenco, en el nortede la Ciudad de
México.
La directora del Museo del Templo Mayor, Patricia Ledesma Bouchan,
explicó que las 132piezas arqueológicas que integran esa muestra ‘‘permiten
enten-der mejor el simbolismo de estos objetos al encontrarse relaciona-dos con
deidades acuáticas y de fertilidad”.
El efecto tornasol del nácar era apreciado en tiempos prehispánicos,
vinculado en la civilización mexica a dioses como Tlaloc, Ehecatl-Quetzalcoatl
y Tezcatlipoca, entre otros.
Patricia Ledesma Bouchan también inauguró la exposición El Antiguo Museo Etnográfico: la confluencia
del pasado y presente, que incluye fragmentos de esculturas
mexicas, una pieza zoomorfa teotihuacana y cuatro ceriesculturas originales que
representan las danzas de los Quetzales, del Venado, de los Paragüeros y de la
Pluma.
‘‘En esta segunda exposición quisimos reflexionar sobre nuestra historia
y qué mejor que hablar del antecedente directo del lugar donde nos encontramos.
Es la historia contada a través de los ojos de la arqueología y la etnografía”,
definió. La muestra, con la curaduría de Manuel Gándara, se centra en la
valoración de las culturas indígenas y en su ubicación en las calles de
Seminario y Guatemala, pues es un antecedente clave del Museo del Templo Mayor.
Escultura en basalto de un Tlaloc-Tlaltecuhtli
En la exposición El
Antiguo Museo Etnográfico sobresale la escultura en basalto de un
Tlaloc-Tlaltecuhtli, del periodo Posclásico tardío mexica (1200 a 1521 dC), que
fue una de las primeras piezas encontradas por el Proyecto Templo Mayor, que
comenzó en 1978.
Como parte de la muestra se presentarán videos sobre el Proyecto Templo
Mayor, a cargo del arqueólogo Leonardo López Luján, que dan cuenta de los
trabajos realizados en ese sitio arqueológico.
Las exposiciones Lujos de
nácar: prendas enconchadas en Tenochti-tlan y El Antiguo Museo Etnográfico: la
confluencia del pasado y pre-sente, que se inscriben en los actos
conmemorativos del 80 aniver-sario del Instituto Nacional deAntropología e
Historia (INAH),se pueden visitar en el Museo del Templo Mayor (Seminario 8,
Centro Histórico). Concluirán el 22 de septiembre.