La Paz, Baja California Sur.- A pesar de que Baja California Sur (BCS) emprende campañas de concientización sobre los daños por humo de tabaco y cuenta con una clínica para dejar de fumar, asociaciones civiles en el rubro de salud enfatizaron que las autoridades estatales y municipales necesitan emprender campañas para que la ciudadanía deje de usar las playas como "ceniceros locales".

Eddy Villaseñor especialista y titular del grupo Códice en Los Cabos, así como Eduardo del Castillo de la organización CRESER en la Ciudad de México (CDMX), explicaron que las colillas de cigarro guardan los químicos que contiene todo el tabaco de un cigarro, el cual por considerarse menos importante tiende a ser enterrado en las playas, donde posteriormente termina en manos hasta de niños o en la arena que todos disfrutan.

El representante de Códice recalcó que BCS al tener vocación turística inminente, recibe miles de turistas que provienen de lugares donde ya no es permitido fumar en espacios de concentración, debiera entonces regular esta práctica y eliminar la tendencia de que ir a la playa es tener la libertad de utilizar la arena como depósito de colillas.


Explicó que muchos estados arguyen que no pueden invertir el 0.5% necesario de su presupuesto para trabajar en campañas de concientización, donde se den a conocer las leyes que ya existen para regular este problema; pero al contrario, muchos gobiernos si cuentan con presupuesto de hasta 3.5% para atender las primeras cuatro enfermedades que produce el humo de tabaco.

Por su parte Villaseñor comentó que los estados que tienen playas deben trabajar de la mano con medios de comunicación y grupos comprometidos con el medio ambiente para difundir la preservación de estos espacios naturales, además de invertir en depósitos o lugares específicos para depositar estos residuos.

"En Los Cabos mandan las barredoras para colar las colillas de la arena, algo que hace el gobierno local a través de ZOFEMAT [...] esto cuesta y son dos cosas que afectan, porque los adultos y los niños que no fuman respiran este humo, pero además, también lo soportamos en la arena donde tenemos que quitarlo para que no esté en contacto con nuestra familia", explicó la especialista.

En este sentido indicó que al final es mucho más caro tener trabajando grandes máquinas que retiren las basura de cientos de personas, que emprender una dinámica masiva entre gobiernos y medios de comunicación sobre el uso correcto de las playas, pero sobre todo para evitar que dichas áreas terminen atiborrados de colillas.

"No se trata de solo hacer leyes sino de cumplirlas, aplicarlas y difundirlas [...] el gobierno está obligado a hacer campañas de difusión para la concientización social, porque ahora no es sólo dejar de fumar por los efectos que produce de forma directa o indirecta, sino también la contaminación que deja en el medio ambiente", finalizaron.