• El periodista Elías Medina acusa a funcionarios de Rubén Muñoz de la agresión a su domicilio • Abre la PGJE una investigación. El ataque a la casa del comunicador puede ser reflejo de la intolerancia manifiesta de representantes de Morena • La autoridad estatal históricamente respetuosa de la libertad de expresión ejemplo para los nuevos alcaldes
La noche del pasado lunes la
casa del periodista Elías Medina, fue agredida a pedradas. El hecho fue
denunciado por el comunicador ante la Procuraduría de Justicia del Estado
(PGJE) que tiene para este tipo de agresiones a comunicadores, una fiscalía
especial. El hecho es en verdad preocupante.
No sólo por la agresión en sí,
sino por los señalamientos que hace el propio comunicador que acusa
directamente a colaboradores del alcalde morenista de La Paz, Rubén Muñoz a
quienes ha cuestionado con su trabajo periodístico sobre la afectación al
manglar conocido como El Manglito en esta capital.
Por supuesto que seguramente
habrá una investigación a fondo de esta agresión al domicilio de Elías Medina,
reportero del diario El Sudcaliforniano.
Se tendrán que deslindar
responsabilidades pues la intolerancia de airados defensores de los políticos
morenistas que hasta ahora han mantenido una férrea crítica a comunicadores a
través de las redes sociales, no pueden brincarse las trancas y llegar a la
agresión física.
El colmo de que la llamada
cuarta transformación propicie este tipo de agresiones mediante la
justificación de la polarización por parte de sus propios dirigentes, es
francamente una mancha más a la pésima forma de hacer política desde a
dirigencia estatal de Morena.
Baja California Sur, se ha
caracterizado históricamente por ser respetuosa desde todos sus sectores y
niveles de gobierno de las diferencias políticas que puedan tenerse.
Pero los líderes morenistas
recién desempacados como alcaldes tienen la piel muy sensible y no soportan en
absoluto que se les señalen sus errores.
Simplemente no lo toleran, eso
es evidente y arengan la polarización social.
Así han gobernado en su
momento el PRI, el PRD y el PAN, pero ahora con airados simpatizantes del
proyecto morenista parece que las cosas no serán no serán igual de respetuosas.
Esto se suma a la reciente
agresión que también al periodista Martín Valtierra al llegar a su casa
particular en Ciudad Constitución.
La investigación arrojó la
detención de un presunto exempleado del ayuntamiento comundeño que obligo al
alcalde Walter Valenzuela a deslindarse públicamente de tener relación con esta
agresión al comunicador comundeño.
El tema llama la atención
porque no es posible que a pocos días de que lleguemos a una celebración más
del Día de la Libertad de Expresión, el próximo siete de junio, ahora
funcionarios municipales de La Paz, estén bajo la sospecha y la acusación de
Elías Medina de ser los autores materiales e intelectuales de esta agresión.
Por supuesto habrá que esperar
que la investigación de la PGJE demuestre con certeza quiénes fueron el o los
agresores y que por supuesto sean sancionados de acuerdo a la ley.
Obviamente vale la pena
preguntarse hasta dónde puede llegar la intolerancia de la alcaldía paceña.
En anteriores comentarios
hemos señalado la claridad y rapidez con que el alcalde Rubén Muñoz pierde la
calma.
Es, sin lugar a duda, un
político de “mecha corta”, como lo hemos reiterado por ello habrá que
determinar si está o no tras esta agresión a un comunicador que aunque no pasó
a mayores no puede dejarse sin atender.
Vale hacer notar que desde la
autoridad estatal se ha respetado el derecho cotidiano a la libertad de
expresión.
Ejemplo, que por supuesto
sería bueno que secundaran las actuales autoridades municipales de Baja
California Sur, sobre todo las emanadas de Morena, que son definitivamente muy
intolerantes a la crítica y a señalamientos de sus errores.
¡vaya tipo de transformación!
Veremos qué sucede y por
supuesto esperaremos que este tema no pase a mayores y se aprehenda a los
responsables.