• Apenas a cinco meses de gobierno exigen en las calles miles de ciudadanos la renuncia de AMLO • Estas acciones de protesta reflejadas ayer se suman al clima de duda y decepción cada vez mayor de los representantes de López Obrador en la entidad • La ciudadanía que se manifestó este domingo le propinó a López Obrador una sopa de su propio chocolate que seguramente en lo que resta del año lo volverá hacer
La marcha convocada por
organizaciones sociales que se realizó este domingo en contra del presidente
Andrés Manuel López Obrador en la Ciudad de México y en diversos estados del
país, fue apoyada por miles de mexicanos que apenas a cinco meses del actual
gobierno, exigen ya la renuncia del jefe del ejecutivo federal.
No es para menos.
Son demasiadas pifias en muy
poco tiempo.
Como lo hemos señalado en este
espacio, los riesgos de que como país se pierda el rumbo, son enormes.
Prácticamente todos los días
nos enteramos que la serie de ocurrencias que se emiten desde la presidencia
del país pueden tener efectos muy negativos en prácticamente todos los sectores
de la población.
Entre lo más reciente está la
serie de contradicciones que se observa en un nuevo Plan Nacional de Desarrollo
que literalmente no convence a nadie que tenga un poco de lógica sobre lo que
tenemos ahora como país y lo que supuestamente se pretende alcanzar.
La macha registrada en la
capital del país y en otras entidades como Nuevo León, Querétaro y San Luis
Potosí es una muestra de lo que puede suceder en México si se continúa con una
evidente estrategia mediática de polarización ciudadana impulsada desde Palacio
Nacional.
En México no estamos
integrados como sociedad entre “conservadores” y “liberales”, “Chairos o Fifís”
como se nos ha querido hacer ver desde las conferencias de prensa mañaneras que
se han convertido finalmente en un espacio para justificar, responder y atacar
a quienes cuestionan la llamada “cuarta transformación” que impulsa de igual
manera Morena.
Ha costado mucho la unidad
nacional y tolerancia política que hasta ahora habíamos gozado como para
perderla por instrucción presidencial.
Estas acciones de protesta
reflejadas ayer se suman al clima de duda y decepción cada vez mayor de los
representantes de López Obrador en la entidad que aún no han podido despegar
adecuadamente por lo que el descrédito político-partidista, irrefrenablemente
avanza.
La referida manifestación
social que no representa una fuerza política exclusiva de ningún partido, pone
en claro que de seguir por la misma ruta, el gobierno de López Obrador tendrá
que enfrentar serias consecuencias por no cumplir las promesas de campaña entre
las que destacan la reducción en los precios de las gasolinas, mejorar la
inseguridad y alcanzar un onírico crecimiento del cuatro por ciento anual o
sexenal.
Existe literalmente en algunos
sectores de la población a estas alturas verdadera desesperación ante las
pifias, ocurrencias y desatinos de un mandatario que no se coordina ni con su
propio gabinete al que en más de una ocasión ha regañado públicamente sólo
porque han dicho lo que el señor Presidente no quiere escuchar.
Será difícil convencer una vez
más al grueso de la población de que el llamado Movimiento de Regeneración
Nacional (Morena) era una verdad.
Más parece un engaño a sus
seguidores y simpatizantes, muchos de los cuales prefieren guardar silencio
ante la decepción que ahora experimentan, sobre todo con sus representantes
locales que guardan un sospechoso silencio ante las acusaciones de falta de
transparencia y mal manejo de los recursos públicos como es el caso de los
ayuntamientos de Comondú, La Paz y Los cabos.
Veremos cuál es la estrategia
de contención de la Presidencia de la República que este domingo vio nacer una
bola de nieve ciudadana muy grande que seguramente crecerá ante la evidente
cerrazón e indolencia de un mandatario nacional que sólo escucha su adormecedor
monólogo matutino, que dicho sea de paso, cada día es menos visto por la
población.
La marcha ciudadana es una
primera llamada de atención masiva al nuevo gobierno autoproclamado “liberal”
que atenta todos los días contra las diversas instituciones mientras que la
expectativa de crecimiento y desarrollo están definitivamente envueltas en un
clima de incertidumbre en el que solo se destacan buenos deseos y escasas rutas
concretas para alcanzar las metas ofrecidas en campaña.
A cinco meses de iniciado el
actual gobierno federal, el balance no es nada favorable.
Habrá que ver cómo impactan
aún las nuevas reformas a la Ley Federal de Trabajo y a la cuestionada nueva
Ley de Educación que no termina de definirse a pesar de que el Presidente
cuenta con el amplio apoyo de los legisladores morenistas.
Por supuesto, la ciudadanía
que se volcó a las calles este domingo y le propinó a López Obrador una sopa de
su propio chocolate, lo más seguro es que en lo que resta del año lo vuelva
hacer.
¿No le parece así amable
lector?