Llamó a los países miembros de Naciones Unidas a dar resguardo a los miles de menores vulnerables
NUEVA YORK.
La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Henrietta Fore, urgió ayer a proteger a los miles de hijos de los combatientes extranjeros que “languidecen en campamentos, centros de detención y orfanatos” de Siria e Irak, subrayando que se encuentran entre “los niños más vulnerables del mundo”.
Los miles de hijos de los combatientes extranjeros que languidecen en los campamentos, centros de detención u orfanatos de Siria, Irak y otros lugares, se encuentran entre los niños más vulnerables del mundo”, dijo Fore en un comunicado.
La jefa de Unicef denunció que “viven en condiciones espantosas en medio de amenazas constantes a su salud, su seguridad y su bienestar” y “apenas pueden contar con el apoyo de la familia porque, aunque la mayoría están con sus madres u otros cuidadores, muchos se encuentran completamente solos”.
Estos niños, lamenta la ONU, “son víctimas de un doble rechazo” porque han sido “estigmatizados por sus comunidades y rechazados por sus gobiernos”, por lo que tienen que hacer frente a “enormes dificultades jurídicas, logísticas y políticas para acceder a los servicios básicos o regresar a sus países de origen”.
La mayoría de esos niños nació en las zonas de conflicto controladas por el Estado Islámico o viajó allí con sus padres. El resto —casi todos varones— fueron coaccionados o manipulados para que apoyaran a grupos armados, o tuvieron que hacerlo para sobrevivir.
Para Unicef, “todos son víctimas de circunstancias profundamente trágicas y de violaciones atroces de sus derechos”. Precisó que la obligación internacional de proteger a menores “incluye a los niños que se encuentran vinculados a grupos armados en su territorio o en el extranjero”.