La Paz, Baja California Sur.- Con impecable pulcritud militar se mostraron 284 hijas e hijos de México, al concluir su Servicio Militar Nacional (SMN) con el juramento de proteger, hasta perder la vida, el lábaro patrio, teniendo como testigo silencioso el “palacio” de cantera del Gobierno de Baja California Sur (BCS).

Con gorras rojas y azules para identificarse, de pie ante el sol dominical, se encontraban 200 nuevos elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y 84 de la Secretaría de Marina (Semar), todos soldados y mujeres voluntarias de la clase 2000, anticipados y remisos.

En una encuadrada formación, se mostraron también los elementos de la Tercera Zona Militar y de la Segunda Zona Naval, quienes portaban sus uniformes de gala.

Bajo la sombra del presídium se dejaron ver el secretario general de Gobierno, Álvaro de la Peña Angulo; el Jefe de Estado Mayor de la Tercera Zona Militar, José Martín Luna de la Luz; y el jefe de Estado Mayor de la Segunda Zona Naval, Álvaro Flores González. 

Inició el protocolo de la conmemoración del 157 aniversario de la Batalla de Puebla y posteriormente, se anunció un enlace remoto con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien desde Piedras Negras, Coahuila, les tomó protesta y acreditó conforme a la ley.

- Les pregunto, ¿Protestan seguir con fidelidad esta bandera, emblema de nuestra patria y defenderla hasta perder la vida? – Preguntó la voz del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.

- Sí, protesto- Respondieron a coro los nuevos soldados.

- Si no lo hicieran así, que la nación se los demande- finalizó.

Rogelio Alexandro Carrillo Beltrán, de 19 años y quien cumplió desde la Sedena su servicio militar, recalcó el privilegio de defender su país con las armas.

En un emotivo discurso, hizo remembranza de las hazañas del general Ignacio Zaragoza, quien a pesar de la desventaja numérica, venció al Conde de Lorencez, quien se dijo “dueño” de México por contar con 6 mil soldados, en esta misma fecha, pero de 1862.

Lo escucharon con atención los civiles presentes, pero con verdadero fervor bajo el rayo del sol, los generales, almirantes, jefes, capitanes, oficiales, personal de tropa e infantería del Ejército Mexicano y Armada de México.

Recalcó que al frente del país se encontraba entonces el presidente Benito Juárez, “Benemérito de las Américas”, a quien calificó como la personificación de la integridad y el patriotismo.

Fue entonces que las armas mexicanas se cubrieron de gloria, que no permitieron siquiera que los franceses ganaran una pulgada de terreno fácilmente.

Por ello el soldado señaló que el pasado 5 de mayo, resultó ideal para protestar, honrar y defender con lealtad la bandera y el territorio nacional.

-El juramento que hoy hacemos, es un juramento de honor y de compromiso con México, nuestro lábaro patrio, la unidad de los mexicanos, nuestras familias y nosotros mismos- dijo también.

Se dijo convencido que en pleno 2019, las amenazas para México pueden cambiar, tal como ha cambiado la historia.

-Lo que es y debe ser inmutable es el amor a México y la profunda convicción de proteger a la nación, de servirle y hacer sacrificios frente a cualquier adversidad que la haga peligrar- agregó.

Entre los asistentes que más aplaudían se encontraban los familiares de los muchachos, en su mayoría de 18 y 19 años, algunos tomaban video y fotos para llevar a casa.

Cuando todo terminó, descansaron su inmóvil rostro de protocolo para dejar escapar una sonrisa de adolescente, algunas bromas entre colegas y otros más para acercarse a su mamá, a su papá o a sus hermanos.

En el proceso de construcción del nacionalismo, los jóvenes son pieza fundamental para México, se escuchó decir a un diputado local en entrevista para medios de comunicación.

Con estas palabras, los sudcalifornianos demostraron que el Servicio Militar no solo es aprender a marchar y los movimientos propios de la instrucción, o acudir al batallón los fines de semana de 8 de la mañana a 1 de la tarde.

Los jóvenes que ayer finalizaron este requisito obligatorio, mañana serán un potencial de apoyo y ayuda humanitaria.

Podrían significar incluso el salvamento de vidas sudcalifornianas, en caso de ser requeridos para la aplicación del Plan DN-III o el Plan Marina, durante cualquier (muy posible) impacto de huracán, como lo fue “Odile” hace 5 años.