• Los visitantes pueden aprender cómo leer correctamente un manga -palabra japonesa- que se puede traducir como "dibujo inacabado
Londres. La mayor exposición
destinada a los mangas fuera de Japón abrió sus puertas el jueves en el Museo
Británico de Londres, proponiendo un viaje desde las raíces tradicionales de
esta forma de arte hasta una industria que mueve hoy miles de millones de
dólares.
"El manga es la forma
narrativa más popular hoy en día", aseguró Hartwig Fischer, director del
British Museum, durante la presentación de "Citi Exhibition Manga".
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La muestra sigue la evolución
de los mangas, de los espectaculares dibujos de grandes artistas japoneses como
Katsushika Hokusai (1760-1849) a fenómenos mundiales como los Pokemon y las
películas de animación del estudio Ghibli, premiados en los Oscar.
"Hay algo en los mangas
que los hace especiales", considera Nicole Rousmaniere, comisaria de artes
japonesas. "Es el lenguaje visual el que transmite el contenido muy, muy
rápidamente. Esto se debe al poder de la línea".
"Creo que tiene que ver
con el hecho de que en Japón, cuando haces caligrafía, cuando miras a los
caracteres, tu cerebro ya se está condicionado a tener ese contenido
pictórico", estima.
Los visitantes pueden aprender
cómo leer correctamente un manga -palabra japonesa que se puede traducir como
"dibujo inacabado", "exagerado" o incluso
"caricatura"- pero también admirar los delicados esbozos del famoso "Dragon
Ball" o descubrir la influencia del "padre del manga" Osamu
Tezuka (1928-1989), creador de personajes tan emblemáticos como Astro Boy o la
Princesa Caballero.
"En la vanguardia"
Otras obras son más crudas,
viscerales, y exploran temas más complejos.
"Se trata de contar
historias para mucha gente que tiene la impresión de que sus historias no se
cuentan", afirma Rousmaniere. Los mangas "siempre han estado en la
vanguardia, dibujados por gente que se sentía un poco diferente (...) No se
necesita dinero para poder dibujar un manga, se puede hacer en un pedazo de
papel, mucha gente lo ha hecho".
Entre los artistas expuestos
está Gengoroh Tagame, uno de los más influyentes creadores de mangas gay,
conocido por sus gráficas representaciones de sadomasoquismo.
"El manga es un medio de
comunicación muy casual, así que leerlo es muy fácil (...) y usar el manga para
mostrar temas sociales tiene mucha fuerza", dice el artista a AFP.
Refutando aún más la idea de
que los dibujos están sólo dirigidos a los niños, también hay obras
desgarradoras sobre el bombardeo nuclear de Hiroshima y el terremoto de Kobe de
1995.
En un registro más ligero, los
visitantes pueden posar para ser retratados gracias a una imagen digital en
varios estilos de mangas.
En 2016, esta industria sumó
una cifra de negocios mundial de 3.800 millones de dólares (3.400 millones de
euros) y su popularidad no deja de aumentar gracias a franquicias que combinan
diferentes plataformas, desde el cómic al cine pasando por las figuritas de
colección o los disfraces.
Cada vez más, también los
internautas utilizan los personajes de mangas como avatares para crear
identidades virtuales. "Existe un manga para cada uno, literalmente para
cada tema", afirma Rousmaniere.
Pero la posibilidad de crear
mangas digitales se ha convertido hoy en una amenaza para los fans de los
mangas tradicionales y la comisaria se preocupa: "creo que el dibujo hecho
a mano acabará por desaparecer".