El alcalde Rubén Muñoz se posicionó en contra de la realización de cualquier evento privado en áreas naturales protegidas. El director de la Zofemat dice que, mientras no haya daño ecológico, está a favor, pues potencia la vocación turística del municipio.
La Paz, Baja California Sur.- Tras la polémica que causara la publicación en redes sociales de una boda organizada en el Área Natural Protegida (ANP) Playa Balandra, el alcalde de La Paz, Rubén Muñoz Álvarez, se posicionó públicamente en contra de la organización de cualquier evento privado en este tipo de zonas. Sin embargo, uno de los miembros de su gabinete, Víctor Martínez de Escobar, titular de la dirección municipal de Zona Federal Marítimo Terrestre (Zofemat), opinó de manera contraria, al señalar que la realización de tales festejos es, además de legal, un incentivo turístico para el municipio.
En conferencia de prensa, Muñoz Álvarez dijo que era necesario “definir la postura del Ayuntamiento” al respecto. Siendo así, indicó que “la boda de Federico y Federica”, según la llamó, fue un hecho que “realmente nos agravió como paceños”, pues “Balandra es nuestro espacio de playa pública más extraordinario”. En este tenor, adelantó que buscará al director de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), en este caso Andrew John Rhodes Espinoza, para exponer su posición y la del Ayuntamiento de La Paz.
“Si bien, se pudo haber cumplido la normatividad que establece la Conanp para ese tipo de eventos, me parece, al menos así lo pienso y creo, que no son áreas para estar haciendo eventos sociales, y esa va a ser mi postura que le voy a expresar al director de la Conanp, porque no porque se tenga la capacidad económica se va a violentar una norma ambiental. A mí me parece que debe haber suelo parejo para cualquier persona […] Es un parque público, pero es un parque público de la categoría de los parques de hábitat natural que tienen que tener todo un cuidado en el manejo de los eventos, de la basura, de las áreas de concentración”.
El presidente municipal adelantó que buscará que se establezca una limitación para la realización de “ese tipo de eventos” en cualquier ANP de La Paz. Si las personas “tienen la capacidad de pagar”, subrayó, “pues hay otros espacios que pueden ser arreglados para ese sentido”.
Por su parte, Víctor Martínez de Escobar explicó que los organizadores de la cuestionada boda acudieron a la dirección a su cargo, pero él mismo les informó que el Ayuntamiento no se encarga de otorgar ese tipo de permisos. Remitidos a la Conanp, allí los organizadores “pagaron sus derechos”, detalló el director de la Zofemat. Al finalizar el casamiento, aseguró, personal a su cargo, así como trabajadores de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y el propio subdirector de la ANP, Manuel Francisco Álvarez Álvarez, acudieron a Balandra para verificar en qué estado se hallaba la zona donde se había celebrado, y no encontraron ningún desperfecto, afirmó.
“Eran entre ciento cincuenta y doscientos invitados, entonces pagaron doscientos brazaletes para estar en la playa. Además, a la empresa que organizó le cobraron […] Fuimos el sábado, aproximadamente a mediodía, y no vimos absolutamente nada de todo lo que se dice en la prensa: no había basura, ni siquiera había huellas en las dunas porque con el viento que hace en la madrugada todo eso se fue borrando poco a poco […] Ayer domingo fue el director (sic) del área natural protegida de Balandra, con personal de Profepa, y Profepa no encontró absolutamente nada irregular”.
Martínez de Escobar recordó que “en Espíritu Santo seguido hay bodas”, y que existe en otra playa de La Paz “un hotel de glamping”, lo que significa que organizar dichos eventos “no está prohibido, está permitido, pero hay que pagar”. Los únicos cuidados que se deben tener, según sostuvo, “es no dejar basura, no dañar el ecosistema, llevar sus propios baños portátiles o, como en este caso, una embarcación que cuente con baño”.
Para finalizar, el director consideró que lo ideal, para las personas que puedan pagarlo, sería que la Conanp obligara a que se contrataran guardaparques que vigilen la práctica dichos eventos, como ocurre, ejemplificó, en fiestas privadas donde el Ayuntamiento exige que se pague por vigilancia policial. Asimismo, consideró que el negarse al uso de tales áreas es “publicidad negativa” para el destino: “le da una mala imagen a La Paz, porque eso va a inhibir que vengan más turistas”.