No solo provoca mala imagen a la fachada de los negocios, sino que conlleva a gastos de pintura para borrarlo
San José del Cabo, Baja California Sur. - No solo en bardas de domicilios, escuelas, edificios o lugares públicos resulta común observar pintas de vandalismo callejero, sino también fachadas de establecimientos comerciales son blanco de estos actos que, más allá de un problema estético también representan una situación económica.
De acuerdo con algunos propietarios de negocios el “graffiti” se trata de una plaga a la que han tenido que acostumbrarse, y la cual no genera ningún tipo de beneficio a quienes lo practican sino por el contrario, afectaciones a terceros.
“Implica un gasto porque tienes que comprar pintura para borrar las letras o pagar para que alguien lo haga. No es la primera ocasión en que el negocio es pintarrajeado, por lo general son chamacos los que hacen esto, hacen las cosas sin pensar todas las consecuencias. Es triste ver que hasta escuelas son grafiteadas” comentó don Gregorio, propietario de una tienda de abarrotes.
Otro comerciante que fue cuestionado referente al tema, y quien prefirió se omitieran sus generales, expuso, no tener mínima idea de lo que está plasmado en la fachada de su negocio.
“Yo entiendo que el graffiti es un arte, pero ese rayonero que vemos por todos lados no lo es, es vandalismo. Pues ya una vez pinté una barda que me rayaron y como al mes otra vez estaba pintada, ya mejor así la dejé, no tiene caso, me doy por bien servido que no vuelvan a rayar o hagan más grande lo que ya está” compartió.
En el mismo sentido, Azucena, empleado de un mini súper, comentó, debería estar estrictamente prohibido la venta de cualquier tipo de pintura o aerosol a menores de edad.
“El mes pasado apareció pintada la tienda, no entiendo que ganan con hacer eso, es no cuidar la imagen de tu colonia, de tu ciudad, he visto algunos lugares que hasta cárceles parecen. Una medida sería que prohíban la venta de spray a los menores, y que cuando los agarren los pongan pintar bardas de toda la colonia, que por uno paguen todos”.
Los comerciantes coincidieron en que para borrar el graffiti de una barda, se invierten aproximadamente de 500 a 1000 pesos, lo que incluye costo de latas de pinturas, brochas y/o rodillos.