• La editorial Siglo XXI alista la publicación de Cosmos, la obra más ambiciosa del geógrafo y naturalista alemán
CIUDAD DE MÉXICO.-Cosmos, la
obra más ambiciosa del geógrafo y naturalista alemán Alexander von Humboldt
(1769-1859), en la que conjuntó “su monumental visión de la estructura del
universo”, a cuya redacción dedicó los últimos 25 años de su vida, será
publicada este 2019 en español por la editorial Siglo XXI, con una traducción
directa del alemán y los 90 mapas que la integran analizados por dos geógrafos
mexicanos.
Considerada la coronación de
su vida como científico, Cosmos ofrece una descripción gráfica del mundo físico
que el explorador estudió y observó durante casi medio siglo, durante sus
viajes por los actuales territorios de América del Sur, México, Estados Unidos,
Canarias y Asia Central.
Los cinco tomos de esta obra
en alemán vieron la luz entre 1845 y 1862, y la primera edición en español se
dio a conocer en 1874, aunque de manera incompleta. Acerca de esta iniciativa,
Alexander von Humboldt dejó dicho, en una carta enviada a su amigo Varnhagen
von Ense en 1834: “Tengo la extravagante idea de describir en un solo trabajo
todo el mundo material, desde las estrellas nebulosas hasta la distribución
geográfica de los musgos en rocas de granito”.
Con motivo del 250 aniversario
del natalicio del astrónomo prusiano que llegó a la Nueva España (México) el 22
de marzo de 1803, donde permaneció un año, el editor Jaime Labastida, experto
en su obra, escribe un nuevo ensayo a manera de prólogo para la nueva edición
de Cosmos, en la que participarán los doctores en Geografía Atlántida Coll
Oliva y Héctor Mendoza Vargas.
En entrevista con Excélsior,
el editor mexicano confiesa que aún encuentra cosas nuevas en la vasta obra del
humanista alemán. “Humboldt no era sólo un gran autor de textos, sino un hombre
al que le interesaba mucho el aspecto gráfico de su obra. De los 30 volúmenes
que publicó sobre sus viajes a América, no menos de 18 integran diversas
láminas y 15 de ellos son de botánica, con dibujos sobre plantas”.
Describe que Siglo XXI ha
publicado cinco títulos del investigador que nació y murió en Berlín: Vistas de
las cordilleras y monumentos de los pueblos indígenas de América en dos
volúmenes, Cuadros de la naturaleza, Las tablas geográficas políticas, Atlas
geográfico y físico del virreinato de la Nueva España y Ensayo sobre la
geografía de las plantas.
El director del sello agrega
que, ejemplificando la importancia de la imagen para Humboldt, Vistas de las
cordilleras… contiene un tomo de láminas sobre la Coatlicue, la Pirámide de
Cholula, el Calendario del Sol, las ruinas incas, distintos códices y los
volcanes Chimborazo y el Cofre de Perote. Y el Atlas geográfico y físico… es
totalmente gráfico e incluye el mapa de la Nueva España y el perfil de las
montañas desde Acapulco hasta Veracruz, entre otras gráficas.
“Cosmos reúne 90 mapas de
carácter planetario, hechos por el cartógrafo Heinrich Berghaus, pero
supervisados por Humboldt. Son muy poco conocidos. Los publicaremos como un
tercer volumen y los están interpretando Atlántida Coll y Héctor Mendoza”,
indica.
Escribiré sobre el método de
este viajero, cómo trabajaba y cómo se oponía al filósofo Hegel en algunas
cosas. La acumulación personal de experiencias me permite ahora ver otro
aspecto que desconocía”, añade.
UN ESPÍRITU UNIVERSAL
El interés de Jaime Labastida
por el geógrafo alemán no es nuevo. En 1975 escribió un primer texto sobre este
explorador, Humboldt, ese desconocido, y hace 20 años salió a la luz Humboldt,
ciudadano universal (1999). En ambos títulos se acerca al naturalista con la
idea de revalorar la importancia de su incansable labor.
Parte de la idea de que
Humboldt abrió el camino a Darwin, pero no formuló la teoría de la evolución de
las especies; desbrozó el terreno a Lyell, mas no logró precisar el principio
que determina el cambio geológico; concibió a la naturaleza como un proceso,
sujeta a las leyes de afinidad y síntesis, pero no estableció sus fundamentos
dialécticos ni los de la sociedad, como hicieron, respectivamente, Hegel y Karl
Marx. “Sin embargo, sus aportaciones son fundamentales, en especial su audaz
visión totalizadora y su método”, señala Labastida.
Me interesa porque es un
científico de dimensiones universales. En América, particularmente, se ha
puesto el acento en el Humboldt venezolano, en el cubano, en el neogranadino
—el año pasado se publicó en cinco volúmenes su labor en Nueva Granada
(Venezuela, Ecuador y Colombia)— o en el novohispano.
Él es un espíritu universal.
Aquí se le ha querido ver como alguien que aprovechó lo que le informaron los
ilustrados novohispanos, algunos dicen que los plagió, ¿qué tontería es esa?
Nadie en esa época tenía la capacidad para hacer un libro como Ensayo político
sobre el reino de la Nueva España (1811), aunque hayan vivido aquí 20 años y él
solamente uno”, asegura.
El también poeta y filósofo
aclara, en defensa de Humboldt, que “todos los investigadores recogen
información, pero luego la digieren y la transforman, eso es lo que hizo él.
Debemos acercarnos a su obra y revalorar sus aportaciones desde una nueva
mirada”.
A esto desea contribuir la
nueva edición de Cosmos, concluye Labastida. “La lectura de esta edición dejará
en claro los diversos aportes a las ciencias que hizo
Humboldt, los cuales fueron
decisivos en la conformación de la geografía moderna”.
Tras haber gastado toda su
fortuna en sus viajes motivados por su amor a la ciencia, Humboldt murió en su
natal Berlín sin dejar descendientes; sus restos reposan en el panteón de
Tegel.