Por Jesús Ojeda Castro • Unidad y transparencia legislativa espera la población del Congreso del Estado. • Se inicia segundo periodo de sesiones con la prioridad de sacar adelante el trabajo legislativo para recuperar confianza ciudadana. • Entre los retos está evitar decepción y desencanto de la propuesta morenista.
REALIDAD DE BCS
El pasado viernes inició el segundo periodo ordinario de sesiones del primer año legislativo del Congreso del Estado en donde queda claro que entre los principales retos de la actual legislatura además de elaborar las leyes que requiere en este momento la entidad, se tendrá que trabajar arduamente para lograr dos temas que son fundamentales: Unidad y transparencia legislativa.
Bajo la presidencia del diputado Homero González, el periodo de sesiones tendrá que atender entre sus prioridades temas como la Ley de Movilidad y el de la trasparencia administrativa.
La población no merece que se trabaje con dudas administrativas por lo que los temas que se han ventilado en los últimos días sobre el manejo de recursos para diversos proveedores debe quedar bien esclarecido.
Si existen o no conflictos de interés entre legisladores y proveedores, debe quedar subsanado y superado, pero sobre todo aclarado ante la opinión pública.
Se requiere ser congruente entre lo que se ofreció en campaña no solo en materia de capacidad para legislar, sino en lo que tiene que ver con la honestidad y transparencia en el manejo de los recursos financieros.
Obviamente tiene que quedar bien en claro también, precisamente para efectos de la legalidad de las decisiones que se tomen, quién es el que legamente tiene la representación de la presidencia de la comisión de cuenta y administración que hasta ahora ha ostentado desde septiembre pasado, el diputado Ramiro Ruiz, justamente por acuerdo del pleno y que ha querido ser sustituido por el diputado Rigoberto Murillo por acuerdos de un grupo de diputados en sesión privada.
Todo tiene que quedar claro.
Por supuesto que es evidente que el riesgo político que puede repercutir en la figura de Morena como partido que apenas ha llegado por primera vez al poder político y que todo parece indicar que algunos de sus principales integrantes han optado por aprender a desempeñarse políticamente por la ruta del golpeteo, tanto interno como externo.
El descalabro para Morena puede ser irreversible sobre todo cuando se observa una dirigencia partidista que lejos de tomar cartas en el asunto mantiene un timorato silencio que lejos de ser visto como algo positivo, ha generado inconformidad incluso entre los propios correligionarios que esperan que ya su dirigente Alberto Rentería fije postura al respecto.
Vaya, por lo menos un pertinente deslinde de algunos actores políticos o un apoyo tácito si es el caso, se espera de un agobiado Rentería Santana, pero no ese inútil silencio que denota demasiada inseguridad en el cargo.
Es complicado por supuesto ver a diputados de un mismo partido enfrentados entre sí, incluso hasta denuncias formales por la presunción de diversos delitos ante la Procuraduría de Justicia del Estado (PJGE) y que la dirigencia de Morena no haga ni diga nada.
Resulta por lo menos curioso, ¿no?
Por ello decimos que la prioridad de los diputados al inicio del actual periodo de sesiones deberá ser enfocada no solo en avanzar en materia legislativa, sino además en reparar la duda que aún persiste sobre el manejo de recursos y de la toma de decisiones al interior de este congreso estatal que no puede llegar al punto de la inoperatividad o parálisis administrativa.
Lo sudcalifornianos merecen que sus legisladores hagan su tarea y que la realicen de la mejor manera.
Apenas tienen en el cargo alrededor de seis meses y en esta labor y justo al inicio del segundo periodo de sesiones de este primer año legislativo, no se puede perder de vista la prioridad de los diputados.
Veremos qué sucede en estas semanas en donde definitivamente la atención de la opinión pública se centrará en gran medida en la labor de nuestros legisladores que llegaron a esta posición con una enorme expectativa de cambio y de avance que por supuesto espera la media península.
Ningún político o representante popular puede darse el lujo de generar incertidumbre, decepción o desencanto y menos una irrefrenable inconformidad que puede verse reflejada de manera adversa en próximos procesos electorales como el que se llevará a cabo en el 2021.
Esperemos que se tomen las decisiones adecuadas y que no haya mayores consecuencia en el poder legislativo sudcalifornianos.
Ya Veremos qué sucede.