La Paz, Baja California Sur.- Ante recientes legislaciones, los prestadores de servicios turísticos en La Paz comienzan a prepararse para el proceso de desplastificación. 

El biólogo marino, buzo y prestador de servicios turísticos, Manuel González Meléndez, expone cómo ha avanzado en el proceso de desplastificación de su empresa para cumplir no sólo con el nuevo régimen legislativo sino también con un turismo más exigente. 

El empresario comenta que en los últimos años ha llegado a Baja California Sur (BCS) un turismo más consiente sobre el cuidado del medio ambiente, mismo que demanda la desplastificación de en los servicios que contrata. 

“Ya muchos turistas ya vienen y no aceptan que les des en unicel o en plástico, lo cual se me hace excelente. El turista que viene a formar parte de una exhibición ecológica, él ya no quiere consumir plástico”, menciona Manuel González. 

Algunas de las medidas básicas incluyen usar plástico de acrílico reusable, no desechable, así como tenedores de metal. Esto ayuda incluso a ahorrar dinero a las empresas, asegura el prestador de servicios. 

“Nosotros les damos todo en cartón o aluminio. La comida incluso, tratamos de que sea un poco orgánico o menú vegetariano para impactar lo menos en el medio ambiente”, comenta Manuel González. 

Hay opciones que tienden a incrementar un poco más el costo de expediciones turísticas en la Bahía de La Paz como el uso de productos desechables biodegradables, fabricados con polímeros de una fécula de maíz, que se degradan más rápido que el papel e incluso sirven como abono. 

“Es más caro, pero hay turistas que están dispuestos a pagarlo”, dijo Manuel González. 

La desplastificación no tiene que tomarse sólo como un cambio “molesto” o “tedioso”, expone el empresario. Entre las ventajas, encuentran una forma de beneficio económico para las empresas. 

Según el prestador de servicios, en un viaje de 2 horas cada persona consume un litro de agua. Una embarcación lleva en promedio a 7 individuos. 

El dejar de usar plástico implica inhabilitar la compra de más de 13 mil botellas de agua, lo que representa un ahorro para le empresa turística. 

“Es un proceso lento el cambio, pero se aprende y se calibra. Al final de cuentas es el intento lo que se está tratando de hacer, si lo cambias te puedes adaptar fácilmente”, finalizó.