• Las autoridades de gobierno están para cumplir la ley no para establecer y definir códigos morales • ¿Es Moral o inmoral que Leonel Cota y Narciso Agúndez hayan solicitado en su momento de voto para el priista Ricardo Barroso? • Esperemos que no sea “inmoral” y atrevido tener memoria histórica y reconocer objetivamente que entre los morenistas de hoy hay definitivamente de chile, de dulce y de manteca
Ahora que el presidente de
nuestro país, Andrés Manuel López Obrador le ha dado por calificar de moral o
inmoral el actuar de algunos exfuncionarios federales, bien valdría la pena
peguntarse si entre quienes ahora se rasgan las vestiduras por defender el
movimiento morenista en la entidad, efectivamente tienen cara para apelar a su
“rectitud ideológica” dentro de la llamada izquierda.
Más allá de calificar y dejar
en claro desde ahora lo inaceptable y riesgoso que resulta que un presidente de
México califique la supuesta moral o inmoralidad de un exfuncionario o de
cualquier ciudadano, está claro que en Baja California Sur algunos de los
flamantes representantes de Morena olvidan que han pasado por toda la gama de
colores políticos, algunos de los cuales hoy literalmente son satanizados desde
algunas presentaciones populares encabezados por modernos militantes de la
llama izquierda.
Casi como una verdadera burla
a la inteligencia y una evidente falta de respeto a la memoria histórica de los
sudcalifornianos, el pasado fin de semana, se celebraron 20 años de la victoria
de la coalición PRD-PT en la primera vez que el tricolor perdió la gubernatura
de la entidad.
En ese evento que fue
encabezados por los exgobernadores Narciso Agúndez y Leonel Cota, hoy
subsecretario de gobernación, tuvo como característica la defensa airada de la
militancia en la izquierda.
Por supuesto nadie recordó en
ese evento que ambos personajes en su momento coincidieron en solicitar el voto
para el entonces candidato del PRI a la gubernatura, Ricardo Barroso Agramont.
Narciso Agúndez lo hizo desde
su posición como candidato del PRD a la alcaldía de Los Cabos en su momento que
a la postre perdió y anteriormente en el 2011, hizo exactamente los mismo
Leonel Cota cuando fue candidato del Partido Nueva Alianza (Panal) que ese
momento encabezaba la exdirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo y que desde el
acto de su cierre de campaña en la comunidad cabeña de La Ribera pidió el voto
para el priista Ricardo Barroso.
Sin contar también que en
1999, algunos de los que estuvieron en este evento del pasado domingo, se
encontraban en las filas el entonces perdedor de aquel proceso electoral el
priista Antonio Benjamín Manríquez Guluarte.
Por supuesto aún hay muchos
ciudadanos que recuerdan claramente las características y el desempeño político
en los procesos del pasado de algunos de los ahora representantes de Morena.
Vale decir que quienes han
sido congruentes siempre en la izquierda son el ahora representante del
gobierno federal Víctor Castro Cosío y sus principales colaboradores de siempre.
Pero Cota Montaño y Agúndez
Montaño, no tienen esa congruencia política. En su momento fueron férreos
impulsores de la candidatura priista de Barroso Agramont.
Lo que por supuesto para
algunos podrían ser moral... o inmoral.
¿Quién podría calificar esto
con pureza moral?
¿Desde qué púlpito?
¿Acaso nuestra República ha
dejado de ser laica?
Nuestros gobernantes o
presentantes populares gobiernan para todos los ciudadanos por igual, creyentes
o no creyentes.
Y han protestado cumplir y
hacer cumplir la ley.
No para establecer códigos
morales cual si fueran líderes religiosos.
Definir la supuesta conducta
moral o inmoral es quizás paran los religiosos, no para los gobernantes.
Por supuesto so pena de ser
calificado de “inmoral”, es inevitable recordar que quienes ahora se rasgan las
vestiduras como defensores de la limpieza política, trayectoria partidista y
que califican de oportunistas a quienes ahora se acercan a Morena, no hace
mucho tiempo pidieron el voto para el ahora satanizado tricolor.
Por supuesto esperemos que no
sea “inmoral” y atrevido tener memoria histórica y reconocer objetivamente que
entre los morenistas de hoy hay definitivamente de chile, de dulce y de
manteca.
¿No le parece así amable
lector?