• Los cinco mil 434 bocetos musicales inéditos de Giuseppe Verdi, que quiso quemar y que salieron a la luz
ROMA.- Los cinco mil 434 bocetos musicales inéditos de Giuseppe Verdi,
que quiso quemar y que salieron a la luz en Parma, permitirán conocer más a
profundidad a uno de los compositores más relevantes de la historia.
Se trata de un baúl que ha
estado oculto más de un siglo y que contiene varias carpetas con bocetos,
cartas y apuntes, todos de puño y letra del artista italiano.
Entre los papeles está también
escrita la voluntad de Verdi (1813-1901) de que todos estos documentos fueran
quemados tras su muerte, un deseo que, sin embargo, no se cumplirá.
El Instituto Nacional de
Estudios Verdianos presentó en detalle ayer en Parma este fondo de bocetos
incluido en el anuario que cada año edita esta institución. “El baúl contiene
todos los folios que nos permiten conocer la cocina creativa de Verdi”, comentó
el director del anuario Studi verdiani, Sandro Cappelletto.
Aún no hay fecha oficial para
que el archivo del compositor italiano sea público, ya que por ahora lo que se
presenta es la descripción de lo que contiene el baúl.
Sin embargo, Cappelletto
confía en que “a finales de este año” esté completamente disponible para los
estudiosos. Los documentos del baúl, detalló, abarcan “todas sus composiciones,
prácticamente hasta el final”, incluyendo la ópera Luisa Miller y todas sus
grandes obras maestras, como La traviatta, Aida y Rigoletto.
Este archivo revela numerosos
“secretos compositivos” de Verdi, entre ellos los cambios y dudas en la
elaboración de la parte musical del Credo de Jago en Otello o una versión distinta
de la Fuga de Falstaff. Destacan las modificaciones que hizo en Un baile de
máscaras, cambiando el término de “dulzura” por “grandeza” o “esplendor” por
“palidez”.
Hasta ahora el baúl se
encontraba custodiado en Villa Verdi de Sant’Agata, la residencia del
compositor, en Villanova sull’Arda y la familia se oponía a la libre consulta
de los documentos.
El sector cultural reclamaba
que el archivo fuera público y finalmente el Ministerio de Cultura hizo valer
la Constitución italiana, que obliga a verificar la conservación de los bienes
archivados, incluso privados.
Cappelletto celebró que los
documentos no fueran quemados y puso en valor el hallazgo, que servirá para
“conocer el núcleo de las ideas de Verdi”.