• En 1958, el Nobel de Literatura 1954 le pidió a su amigo y colega A.E. Hotchner que escribiera una versión teatral de uno de sus clásicos más celebrados
WESTPORT.-Cuando la adaptación
cinematográfica de El viejo y el mar se estrenó en 1958, Ernest Hemingway por
causalidad se encontraba en Nueva York viendo la Serie Mundial de beisbol e
invitó a su buen amigo A.E. Hotchner a ver la película con él.
Unos 12 minutos después de que
nos sentamos, se volteó hacia mí y me dijo, ‘¿listo para irnos?’”, recordó
Hotchner en una entrevista reciente en su casa en Connecticut. El autor y
dramaturgo de 101 años recuerda que salieron y que, mientras caminaban por la
acera, Hemingway despotricó que Spencer Tracy no fue para nada apropiado para
el papel protagónico, que parecía un actor gordo y rico tratando de hacer de
pescador.
Dijo: ‘uno escribe un libro
que realmente le gusta y entonces ellos le hacen algo así, y es como orinar en
la cerveza de tu padre’”, dijo Hotchner. (Hemingway se expresó con esta frase
particular sobre un puñado de adaptaciones de su trabajo que le parecieron
detestables, según Hotchner.)
Horas después, sentados en el
restaurant Toots Shor’s —lugar frecuentado por Joe DiMaggio y Marilyn Monroe—,
Hemingway exhortó a Hotchner a hacer algún día su propia adaptación, y éste le
prometió que lo intentaría.
Seis décadas después, Hotchner
cumplió su palabra. Su versión teatral de El viejo y el mar se estrena el viernes
en el teatro Pittsburgh Playhouse de la Universidad de Point Park.
No fue sino hasta que yo mismo
me hice viejo que realmente llegué a una versión que podría transportarse más
allá del libro”, expresó.
Hotchner debe ser el candidato
perfecto para llevar la novela a las tablas: pescó con Hemingway en Cuba, fue a
ver corridas de toros con él en España, cazó con él en Idaho y escribió la
exitosa biografía de 1966 Papa Hemingway.
También ayudó a editar el
clásico de toreo El verano peligroso. A menudo fungió como su agente y llevó
varias de sus historias a la televisión, incluyendo Las nieves del
Kilimanjaro, Los asesinos y El
luchador, que lo llevó a conocer a Paul Newman. (Ambos fueron mejores amigos y
vecinos y crearon la compañía de alimentos Newman’s Own, pero esa es otra
historia).
“Esa promesa que le hice me
atormentaba, porque él murió poco después de eso. Por años pensé en El viejo y
el mar, pero en mi cabeza nunca podía pensar cómo abordar este libro tan
personal, porque el viejo en realidad es el propio Hemingway. ¿Cómo le das vida
a eso en el escenario?”, dijo.
Intentó adaptarla quizás unas
10 veces en los últimos años, comenzando borradores sólo para desecharlos,
hasta este último esfuerzo.
Para ayudarlo a moldear el
proyecto, buscó la colaboración de su hijo Tim Hotchner para que le ayudara a
transformar su borrador en la obra que cerrará temporada el 17 de febrero. “He
vivido con el fantasma de Hemingway toda mi vida y había algo muy profundo en
esta historia, aun cuando es muy simple”, dijo Tim Hotchner, un documentalista
y escritor de 47 años. “Y al ver a tu padre de 101 años ir detrás de su pez
espada, y con suerte volver con mejores resultados, hay muchos temas que
realmente resuenan”.
Tim Hotchner también vio el
proyecto como una manera de reexaminar la obra con un lente moderno: mirar lo
que significa ser un hombre en el mundo y mirar el entorno.
Para hacer El viejo y el mar
accesible al teatro, los Hotchner crearon un caleidoscopio del relato y
escarbaron en el texto en busca de un nuevo enfoque. El chico tiene un papel
más grande, y el propio Hemingway es un personaje, al igual que un chelista que
evoca los estados de ánimo a lo largo de la obra.
Cuenta con las actuaciones de
Anthony Crivello como Santiago, el pescador envejecido, David Cabot como
Hemingway y Gabriel Florentino como el chico, Manolín. El chelista Simon
Cummings tocará música original.
Llevar el borrador al
escenario se dio de una manera inusualmente rápida gracias a una colaboración
con RWS Entertainment Group, con sede en Nueva York. El agente de los Hotchner
le presentó la obra a Joe Christopher, director de la división teatral de RWS,
quien se la llevó con él en junio en unas vacaciones.
No sé si fue porque la leí
mientras estaba recostado en la playa, pero visceralmente pude ver que la obra
funcionaba”, relató.