No hay detalles en las líneas de investigación, sólo la herida del gremio periodístico que se abre una vez más en Baja California Sur y en México
La Paz, Baja California Sur.- Rafael Murúa Manríquez es el primer periodista asesinado en el 2019. El crimen conmocionó y sacudió a los habitantes de Baja California Sur (BCS), indignación que atravesó el charco y se instauró en los gremios periodísticos de diferentes entidades del país.
Las autoridades de BCS, poco más de 12 horas después de haberse confirmado el asesinato, comenzaron a publicar mensajes de condolencias y garantía de que el crimen no quedaría impune.
El gobernador del Estado, Carlos Mendoza Davis, publicó un mensaje en su cuenta oficial de Twitter a las 9:56 horas del lunes 21 de enero. El mandatario aseguró que había instruido a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) para seguir todas las líneas de investigación hasta esclarecer el asesinato de Rafael Murúa.
“Condeno el asesinato del periodista sudcaliforniano, Rafael Murúa Manríquez. Mi solidaridad con su familia y el gremio periodístico sudcaliforniano”, publicó Carlos Mendoza.
Las asociaciones civiles conformadas por comunicadores y periodistas en distintos puntos del país, lanzaron exhortos, condolencias y llamados a las autoridades de los distintos niveles de gobierno para esclarecer el hecho.
La asociación Reporteros Sin Fronteras también se unió al llamado y la exigencia colectiva para pedir a las autoridades de BCS que esclarezcan el homicidio de Rafael Murúa.
Asimismo, la asociación hizo un exhorto al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que fortalezca los protocolos de protección de periodistas en el país.
Artículo 19 comenzó la documentación del caso desde que se informó sobre la desaparición de Rafael Murúa el domingo 20 de enero.
Para la organización, el asesinato del comunicador exhibe ineficiencia de autoridades en la protección e investigación de crímenes contra periodistas.
Hasta el momento no hay detalles en las líneas de investigación del homicidio. El procurador, Daniel de la Rosa Anaya, sólo ha enfatizado que no se descartará ningún móvil, ni se puede revelar información por el sigilo de las diligencias.
En conferencia de prensa, el procurador fue cuestionado si el alcalde de Mulegé, Felipe Prado Bautista, pudiera ser llamado a declarar. El funcionario aseguró ante los medios, que de ser necesario se citaría a cualquier funcionario, incluyendo al edil.
Rafael Murúa había reportado amenazas y agresiones por su labor periodística en Mulegé. Es sabido que desde el inicio de la administración del alcalde, Felipe Prado, el ambiente para ejercer el periodismo se había tornado aún más hostil.
El periodista notificó e hizo publicó que, tras haber cuestionado al alcalde las agresiones en su contra no habían cesado. Incluso su domicilio había sido balaceado.
“En cincuenta y dos días de gobierno de Felipe Prado he vivido más agresiones y abuso de autoridad que en los seis años anteriores, desde que ejerzo el periodismo en mi ciudad natal, Santa Rosalía”, expuso Rafael Murúa en noviembre del 2018.
El alcalde de Mulegé publicó en un su cuenta de Twitter un mensaje en el que condenaba el homicidio del periodista y exigía el esclarecimiento del crimen.
“Colaboraremos en todas y cada una de las acciones que instruya @PGJEBCS para lograr el esclarecimiento de la muerte del periodista, Rafael Murúa Manríquez. Estamos comprometidos con la libertad de expresión de los medios de comunicación y ciudadanos en general”, escribió Felipe Prado.
La Procuraduría confirmó que la causa de muerte fue traumatismo craneoencefálico producido por proyectil de arma de fuego, así como heridas en el tórax causadas con un arma punzocortante.
La noticia llegó a distintos países. El primer periodista asesinado del 2019, el segundo para BCS en los últimos 2 años.
La herida en el gremio periodístico está abierta. Las manifestaciones en diferentes estados se programan para los próximos días. No sólo se trata de justicia para el director de Radiokashana, sino también de las garantías de seguridad para los periodistas en Mulegé; aquellos que están a merced del abuso denunciado desde hace años en un municipio que ha sido abandonado y descuidado por sus autoridades.