• El proyecto de su construcción estuvo a cargo del arquitecto Antonio Rivas Mercado, cuya primera piedra se colocó el 9 de enero 1902, pero fue hasta 1910 cuando se termino
CIUDAD DE MEXICO.- En sus 108
años de historia, la estructura, cimentación y esculturas del Ángel de la
Independencia, símbolo de la patria liberada, se han restaurado en cuatro
ocasiones, dos de ellas tras los terremotos de 1957 y 1985.
Ubicado en el Paseo de la
Reforma, la Columna de la Independencia, su nombre oficial, también recibió
mantenimiento general en 2006 y cuatro años después se retiraron las urnas con
los restos de los héroes para restaurarlos, ponerlos en exhibición y rendirles
honores durante 2010 y 2011 con motivo de las fiestas del Bicentenario de la
Independencia Mexicana.
Actualmente, el monumento
histórico, utilizado como punto de reunión y escenario de todo tipo de festejos
y manifestaciones, es evaluado por especialistas del Instituto Nacional de
Bellas Artes y de la Universidad Nacional Autónoma de México, a petición de la
alcaldía de Cuauhtémoc, tras los daños que sufrió por el sismo del 19 de
septiembre de 2017.
El proyecto de construcción
estuvo a cargo del arquitecto Antonio Rivas Mercado, cuya primera piedra se
colocó el 9 de enero 1902, pero fue hasta 1910 cuando se terminó.
La cimentación original estuvo
formada por una plataforma de tres capas de viguetas de acero superpuestas y
después recubiertas con concreto, además se requirió colocar más de cuatro mil
pilotes de madera y concreto a fin de encontrar un estrato compacto de suelo
granular hasta 25 metros de profundidad.
La colocación de la base, el
zócalo y el pedestal continuó por varios años, tras la colocación de la primera
piedra durante una ceremonia encabezada por Porfirio Díaz, pero una vez que
comenzó la construcción de la columna, los cimientos no resistieron el peso.
En ese entonces, el grupo de
ingenieros encabezados por Gonzalo Garita y Manuel Gorozpe, decidió demoler
todo lo que se había construido y diseñaron una nueva cimentación formada por
un entramado de pilotes de madera fijos, que se colocaron con un martinete de
vapor que los enterraba con un émbolo de una tonelada de peso.
El monumento artístico terminado
fue inaugurado por Porfirio Díaz el 16 de septiembre de 1910, con motivo del
Centenario de la Independencia de México y desde entonces ha sido restaurado y
reconstruido en varias ocasiones.
La primera de ellas, fue en
1958, tras la caída del Ángel durante el fuerte sismo ocurrido el 28 de julio
de 1957; el impacto de la caída rompió la cabeza y el brazo derecho de la
estatua.
La restauración de la
escultura hueca de bronce, la “Victoria Alada”, estuvo a cargo de José
Fernández Urbina, quien tardó un año en terminar el trabajo, pues tuvo que
reemplazar esas piezas.
Pese al mal estado de la obra,
el rostro de la “Victoria Alada” es el mismo que tenía la estatua original, el
de la costurera Ernesta Robles, en quien se inspiró el francés Enrique Alciati,
autor de la obra.
En ese entonces, los restos de
la cabeza original fueron llevados a una bodega del gobierno capitalino y
fueron rescatados hasta 1986 durante una restauración del Centro Histórico de
la Ciudad de México.
Actualmente, la cabeza parcialmente
deformada, que pesa alrededor de 250 kilos, está resguardada en el Archivo
Histórico del Distrito Federal "Carlos Sigüenza y Góngora".
Previo a que la escultura se
regresara al pedestal, se reforzó la columna y la base que sostiene la estatua,
trabajos que han mantenido en su lugar el Ángel, luego de los sismos de 1985 y
de 2017.
La estructura quedó tan sólida
que a su alrededor la ciudad se ha hundido casi tres metros desde 1910 a la
fecha sin que se haya movido, incluso en el movimiento telúrico del 19 de
septiembre de 2017 se registraron desplazamientos en sillares del fuste y
algunas fisuras interiores por torsión en el cilindro metálico, pero se mantuvo
en pie.
Tras el sismo del 19 de
septiembre de 1985, la estructura quedó dañada, así como varias obras
artísticas del monumento; la restauración estuvo a cargo de Ramón Bonfil
Viveros, quien también se encargó de la construcción de las gradas oriental y
occidental.
En 2006, como parte de los
preparativos para la celebración de los festejos del Bicentenario de la
Independencia, se le dio mantenimiento general al monumento, trabajos que lo
mantuvieron cerrado al público por casi un año.
Los trabajos incluyeron una
aplicación de chapa de oro de 24 kilates a la estatua de la “Victoria Alada”.
Mientras que el 30 de mayo de
2010, como parte de los festejos del Bicentenario, se retiraron las urnas que
contienen los restos de los héroes para su restauración y fueron puestos en
exhibición para rendirles honores durante 2010 y 2011.
Derivado del sismo del 19 de
septiembre de 2017, el monumento experimentó una afectación media; se
observaron desplazamientos en sillares del fuste y algunas fisuras interiores
por torsión en el cilindro metálico.
La alcaldía Cuauhtémoc
solicitó apoyo de expertos para determinar la logística y el proceso de
maniobra para atender el proceso de la intervención que requiere el Ángel de la
Independencia.
Actualmente, es uno de los
monumentos más emblemáticos e ícono cultural de la Ciudad de México; es usado
para festejos y manifestaciones nacionales que van desde la foto del recuerdo
de turistas nacionales e internacionales, para fiestas de 15 años, bodas
civiles y religiosas, graduaciones de diferentes niveles académicos.
También es escenario de los
festejos de las victorias de la Selección Mexicana de Futbol y de espectáculos
artísticos, automovilísticos, civiles, militares, de declaración de derechos,
luctuosos, entre otros.