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Hoy es lunes, 25 de noviembre de 2024

'All in, Sinatra', entre el suicidio y un amor intempestivo

• All in, Sinatra no es una novela sobre el juego, sino sobre “la vida de un hombre que abandona su mundo perfecto”

'All in, Sinatra', entre el suicidio y un amor intempestivo

La historia de Génesis Montesinos podría resumirse en tres estampas. En la primera aparece un hombre de 64 años que abandona su vida como académico de la UNAM y emprende un viaje a Las Vegas; ahí gastará sus ahorros para luego suicidarse. En la segunda, ese hombre se muestra como un ludópata que tiene un golpe de suerte y gana 53 mil 567 dólares en una partida de póquer que lo lleva a hospedarse en el Hotel Caesars Palace, donde descubre una vida material que ni imaginaba. Y en la tercera, ese hombre rejuvenecido conoce a Lea, un amor inesperado.

 

Todo eso transcurre en All in, Sinatra, de Pedro Zavala (Ciudad de México, 1981), uno de los ganadores del Premio Mauricio Achar Literatura Random House 2018, que dibuja un relato existencialista que le rinde culto al mundo de las apuestas, rodeado de jazz y de la voz de Frank Sinatra.

 

Cargué con esta novela durante cuatro años en un ir y venir a Las Vegas. Estaba a la mitad de una maestría en la UNAM y me pareció una buena forma de utilizar los recursos del Estado, apostando en Las Vegas”, dice el autor con una sonrisa lacónica.

 

Un día por la mañana la novia de Zavala tomó la correa de Vegas, su perro, y lo llevó a pasear. De pronto le llamó por teléfono y le dijo que la avenida División del Norte estaba cerrada porque había un colgado abajo de un puente peatonal.

 

Salí en pijama, encontré un ahorcado y mi primera idea era la llegada de esos narcomensajes, pero durante el día se supo que ese hombre había dejado una carta donde afirmaba que cumplía 64 años y detallaba el tamaño de la cuerda con la que se iba a matar, se describía como un hombre feliz, tranquilo y que esa mañana había escuchado When I’m Sixty-Four de Los Beatles. Esa historia me pareció muy bella y a partir de esa imagen reinicié la escritura de la novela”, detalla el autor.

 

Zavala también confiesa que esta novela fue un pretexto para expresar su gusto por las apuestas, y además le permitió mostrar que el conocimiento cierto y verdadero está en los lugares más inesperados. “En este caso está ese investigador del Instituto de Filológicas, un sexagenario con una carrera académica e intelectual a sus espaldas, quien confía en la verdad que viene del archivo y del libro, para luego descubrir a Lea y esa música nueva, con experiencias a las que aún no se ha abierto en su vida y que le permiten a Génesis Montesinos romper su cascarón”.

 

All in, Sinatra, advierte el autor, no es un relato sobre el juego, sino sobre la vida, un juego donde aprendemos sobre nosotros mismos; es un personaje que abandona su mundo perfecto.

 

SOMOS LAS VEGAS

 

 

Para Pedro Zavala, la suerte depende del momento y el día que lo piense. “En este momento la suerte es la vida misma y el hecho de estar vivo”.

 

A lo largo de la narración, se devela la personalidad de Génesis Montesinos, un adicto a las apuestas que tiene un gran sentido del humor, un especialista en la obra de Francis Scott Fitzgerald que ha memorizado El gran Gatsby, con quien dialoga todo el tiempo; un hombre desarraigado de su tiempo que ha encontrado refugio en La tierra baldía, de T.S. Eliot, y en París era una fiesta, de Ernest Hemingway.

 

Es un ensayista que denosta a quienes se asumen como los nuevos Roberto Bolaño o Harold Bloom, un crítico que descree de ese cementerio en donde reposan los libros embodegados en la UNAM.

 

En efecto, Génesis nos recuerda que nuestros impuestos y nuestro dinero muchas veces se queda ahí, en libros e investigaciones que no le importan a nadie y pudriéndose en bodegas con olor a moho, aunque también ahí he encontrado grandes libros y profesores”, apunta Zavala.

 

En suma, All in, Sinatra refleja la contradicción que habita dentro de cada persona y nos demuestra que somos una especie de contraste muy grande entre la luz y la oscuridad. “Creo que todos somos Las Vegas y en nuestro interior hay esta parte luminosa y un abismo tan grande y complejo que nunca llegaremos a comprender”, advierte el autor.

 

¿El personaje principal es el reflejo de un ludópata obsesionado?, se le inquiere. “Bueno, el juego es una droga, y vivir al filo es lo que ciertos apostadores intentan, como poseer o experimentar el mayor tiempo posible. Yo tengo un amigo argentino que es un gran apostador. Y él lo que hace es meterle miles de dólares a un partido de futbol y subirse a un avión de ocho horas para alargar lo más posible esa sensación de estar al filo; creo que es lo más cercano a una experiencia mística en el mundo posmoderno”.

 

¿Considera que Génesis es el reflejo de esa vida académica sin reconocimiento, en contraste de esos autores que se convierten en celebridades? “En cierta forma, el personaje principal se venga de eso y es una especie de rebeldía el abandonar ese mundo que devora la felicidad de grandes escritores”.

 

¿Cuánto dinero recibió del premio y en qué lo gastó? “Fueron 300 mil pesos y lo jugué (bromea)... Bueno lo ocupé para pagar deudas de juego y para compartir viajes con mi esposa”.