· ¡Vaya Navidad!, priistas esperan visita de su líder nacional para pedir destitución de su dirigente estatal Gabriela Cisneros Ruiz · Gabriela Cisneros no supo administrar el peso histórico y político de un tricolor que nunca se había encontrado como ahora al grado de contemplar la posibilidad de perder el registro ante la autoridad electoral a nivel local ante el escaso porcentaje de votos obtenido · Mientras los partidos Morena, que está a punto de renovar su dirigencia estatal y PAN ahora presidido por Carlos Rochín Álvarez, se encuentran en una competencia política que en gran medida puede definir, ya desde ahora, la contienda que se registrará en el proceso electoral del 2021
Para este 19 de diciembre se
espera tentativamente la visita de la dirigente nacional del PRI, Claudia Ruiz
Massieu, en lo que sería muy probablemente su última visita a la entidad antes
de que concluya su mandato, por lo que muchos de los más destacados priistas de
la entidad la esperan con ansias porque tendrán una sola petición: La
destitución de su presidenta estatal Gabriela Cisneros, quien ha sido todo un
fracaso en su encomienda de rescatar lo poco que queda ya de este organismo
político en la entidad. ¡Vaya Navidad!
Efectivamente el tricolor
quedó muy mal herido luego de la jornada electoral del pasado primero de julio
donde sus candidatos a pesar del esfuerzo personal que realizaron, nunca
obtuvieron el apoyo de su decepcionante dirigencia estatal.
Hoy a cinco meses de aquella
fatídica fecha para el tricolor nacional y local, su dirigente Gabriela
Cisneros Ruiz, es un verdadero fracaso, un fiasco, una enorme decepción que ha
originado que desde la propia comisión política permanente se le haya llamado a
cuentas en más de una ocasión sin que hasta el momento se obtenga ni siquiera
una tímida repuesta.
De hecho, hay distinguidos
militantes de tricolor que tiene aún responsabilidades importantes al interior
de este organismo político, que ni siquiera han conseguido una mínima comunicación
vía telefónica, mucho menos en persona, durante semanas y en algunos casos
hasta por meses.
Por ello los reclamos al
interior han subido de tono al grado de preparar una solicitud formal de que de
la manera más pronta y efectiva, sea relevada de su cargo.
Gabriela Cisneros no supo
administrar el peso histórico y político de un tricolor que nunca se había
encontrado como ahora al grado de contemplar la posibilidad de perder el
registro ante la autoridad electoral a nivel local ante el escaso porcentaje de
votos obtenido que es definitivamente el más bajo de su historia que no pasó
del diez por ciento de la votación global.
Por supuesto la posibilidad de
que la esperada visita de la dirigencia nacional se cancele, es muy tangible,
por lo que de ser así, lo más seguro es que la diferencias internas del
tricolor terminen por salir a la luz pública en su exacta dimensión y que esta
petición de destitución de Gabriela Cisneros se haga por encima de las
instancias partidistas precisamente a luz de toda la sociedad.
Para muchos destacados
militantes del tricolor, resulta más sano destituir a su dirigente estatal que
mantener una dirigencia políticamente muerta, inerte, que lo más que ha logrado
es medio activar al secretario de acción política del partido, Antonio Ortega
Salgado (con todo y su ya bien ganado desprestigio político) para pedir a quien
esté dispuesto a escucharle, que no insistan en su intención de derrocar a
Cisneros Ruiz.
Por supuesto para ello se
requiere de calidad política y moral que brilla por su ausencia, por lo que
está claro que los días de Gabriela Cisneros están contados en la presidencia
estatal de un PRI verdaderamente agonizante.
Mientras esto sucede al
interior del otrora poderoso tricolor, los partidos Morena, que está a punto de
renovar su dirigencia estatal y PAN ahora presidido por Carlos Rochín Álvarez,
se encuentran en una competencia política que en gran medida puede definir, ya
desde ahora, la contienda que se registrará en el proceso electoral del 2021
donde una vez más estarán en juego todas las alcaldías de la entidad, las
diputaciones locales y federales y sobre todo la gubernatura.
Está claro ya desde ahora que
la competencia electoral local se llevará a cabo principalmente entre estos
organismos políticos.
Así que es posible que esta
Navidad sea una de las más complicadas políticamente hablando para Gabriela
Cisneros y sus muy escasos seguidores y por supuesto del PRI en general, ya que
este 2018 que está a punto de concluir, ha sido definitivamente el peor año de
su vida electoral en Baja California Sur.
Veremos qué registran los
partidos en estos últimos días de un año redefinió el espectro político
nacional y estatal y en el que definitivamente ya se trabaja para sentar las
bases de lo que puede ser la próxima jornada electoral en la que se disputará
la máxima posición política estatal: La gubernatura.
Veremos qué sucede.