Muy buenos días
estimados
suscriptores de nuestro periódico El Independiente, faltan 4 días para festejar
una de las fiestas más importantes, la fiesta de Año Nuevo, felicidades y ame a
su prójimo, como a Usted mismo; gracias, muchas gracias, cuídese mucho porque
Dios nuestro padre nos ilumine llenándonos de bendiciones y felicidad.
Inicio esta columna recordando
un poco de parte de nuestra sagrada biblia, “no imiten a los maestros de la
Ley” Jesús hablo al pueblo y a sus discípulos de esta manera: “Los maestros de
la Ley y los fariseos ocupan el puesto de Moisés”, hagan y cumplan todo lo que
dicen, pero no los imiten, ya que ellos no cumplen lo que enseñan, preparan
pesadas cargas muy difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la
gente, pero ellos ni siquiera levantan un dedo para moverlas. Todo lo hacen
para aparentar ante su pueblo; por eso hacen muy anchas la cinta de la Ley que
llevan colgando, y muy flacos de su manto. Les gusta ocupar los primeros
asientos en los banquetes, y los principales puestos en las Sinagogas; también
les gusta que los saluden en las plazas y que la gente les diga maestros.
Por eso Mateo, juzgo con siete
maldiciones contra los fariseos ¡hay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos
hipócritas! Ustedes cierran a los hombres el Reino del Cielo. No entran
ustedes, ni dejan entrar a los que quieren entrar ¡hay de ustedes maestros de
la Ley, y fariseos hipócritas! Ustedes recorren mar y tierra hasta lograr la
conversión de un pagano y cuando se ha convertido lo hacen hijo del demonio,
mucho peor que ustedes.
¡Ay de ustedes, maestros de la
Ley y fariseos hipócritas! Ustedes pagan el diezmo de todo sin olvidar la meta,
el anís y el comino, y en cambio no cumplen lo más importante de la Ley, la
justicia, la misericordia y la fe. Estas son las cosas que deberían observar
sin descuidar las otras. “guías ciegos, cuelan un mosquito, pero se tragan un
camello”.
¡Ay de ustedes, maestros de la
Ley y Fariseos hipócritas! Pues ustedes son semejantes a sepulcros bien
pintados, que tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y
de toda clase de podredumbre. Ustedes también aparecen exteriormente como
hombres religiosos, pero en su interior están llenos de hipocresía y maldad.
¡Ay de ustedes maestros de la
Ley y Fariseos hipócritas! Ustedes construyen sepulcros para los profetas y
adornan los monumentos de los hombres santos. Ustedes dicen; si nosotros
hubiéramos vivido en tiempos de nuestros antepasados no habríamos consentido
que mataran a los profetas, fíjense en esas mismas palabras: ustedes son hijos
de los que sus padres comenzaron ¡Serpientes, raza de víboras! ¿cómo logran
escapar a la condenación del infierno?