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Hoy es lunes, 25 de noviembre de 2024

Lo derecho es lo decente

Muy buenos días estimable lector, gracias, muchas gracias por continuar prefiriendo a Diario El Independiente.


 

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Inicio esta columna recordando las “Técnicas del Interrogatorio Policiaco y la Sintomatología de la Mentira”. La ciencia médica reconoce aproximadamente 115 tipos de distintos y específicos de mentiras que se relacionan con el instinto humano de conservación. La mentira es la reacción y defensa básica y principal, cuando se amenaza el instinto de conservación. El mentir origina un trauma mental en el sujeto, por lo tanto la comprensión de los diversos procesos y mecanismos que se involucran en la falsedad, constituyen una ventaja para el interrogador policiaco. El instinto de conservación se localiza y concentra en el área cerebral del Hipocampo, y el acto de mentir e inclusive pensar la mentira causa una perturbación abrupta e inmediata en dicha área. El Hipocampo se encuentra aproximadamente en el centro del cerebro, inmediatamente atrás de las áreas sensoriales frontales.

 

Una de las glándulas endocrinas de la cabeza, desempeña también un papel importante en la detención del engaño. Esta glándula, la Pituitaria, es un órgano pequeño, con forma de frijol, que se encuentra adherida a la base del cerebro. La mentira origina un desequilibrio directo e inmediato en el lóbulo anterior de la pituitaria, y provoca un exceso instantáneo de secreción de hormona antidiurética en el área del hipocampo.

 

Este exceso de secreción produce un desequilibrio y una perturbación mayor en el área citada. Antidiurético significa contra el flujo de la transpiración y se manifiesta por la resequedad de la lengua y de la boca por el excesivo humedecimiento de los labios con la lengua e igual salivación; lo cual se origina por la falta de secreción (saliva) de las células de la membrana mucosa que se encuentra en los labios, boca y lengua.

 

En estas condiciones, el sujeto es incapaz de mirar a los ojos al interrogador, y su mirada se soslayan vacila y baja. La razón de esto es simple: los impulsos visuales no pueden penetrar materialmente, a causa de las múltiples perturbaciones presentes en el hipocampo; los labios, la boca y la lengua seca son señales de engaño, y como ya vivimos estas condiciones tienen una relación directa con las amenazas al instinto de conservación, así como también con el exceso de producción de hormona antidiurética; la mentira causa también una súper estimulación del nervio Estilogloso, decimo nervio craneal, el cual se extiende desde la punta de la lengua.

 

Los cambios en la respiración, aumento y disminución, también son síntomas de que el sospechoso miente “El Nervio Vago” decimo nervio craneal, controla el ritmo de las palpitaciones y la función de los pulmones y el diafragma; los pulmones, el corazón y el diafragma, trabajan al unísono y regulan el ritmo normal de la respiración. Bajo la emoción de la mentira, la respiración aumenta, haciéndose más breve y rápida, aproximadamente en un treinta por ciento de ocasiones. Bajo el influjo de dicha emoción, el nervio vago se puede volver espasmódico en cierto modo, casi involuntario. Esta condición de dicho nervio afectara la actividad normal y la armonía del corazón, los pulmones y el diafragma, así como también el ritmo de la respiración misma que cambiara de lenta a rápida.

 

Es problema que el policía no conozca plenamente la Semántica, pero si sabe la fuerza y el efecto de las palabras. Estas crean durante el interrogatorio cambios químicos en la persona, en su cerebro, sangre y fluido de la columna vertebral, activa ciertas emociones, origina transformaciones biológicas y fisiológicas, todas las cuales se enfocan a la motivación del sujeto a decir la verdad. Resumiendo, la brutalidad y la tortura, no forman parte del equipo de un interrogador; y quien la emplea no debe permanecer por mucho tiempo en las oficinas encargadas del cumplimiento de la Ley.